Políticas

15/8/2013|1281

Tercera fuerza en el Chaco

En las primarias chaqueñas obtuvimos 14.000 votos, el 2,5%. En el Gran Resistencia (departamento de San Fernando), este porcentaje se duplica. En el centro de la ciudad, llegamos en escuelas enteras a votaciones cercanas al 10%. El voto al PO fue muy fuerte entre la clase media de Resistencia, pero también en las barriadas de la zona sur. En Tirol, que concentra el voto de la clase obrera industrial, obtuvimos el 3,5%.


En Villa Angela, con una campaña muy activa, tuvimos casi 500 votos, un crecimiento de un 80 por ciento respecto de la última elección.


Nuestra votación nos colocó como tercera fuerza, superando al PRO, el Frente Grande, Proyecto Sur, el MIJD y todas las listas internas que compitieron contra Capitanich dentro del peronismo. Para octubre, queda planteada la lucha por consagrar a Aurelio Díaz como diputado provincial, un objetivo para el cual deberíamos incrementar un 50 por ciento nuestro caudal de votación.


La votación en el interior fue el punto débil de nuestra elección: no llega al uno por ciento de los votos. La campaña y la fiscalización se concentraron fundamentalmente en Resistencia. En los distritos donde no pudimos fiscalizar, tenemos urnas enteras con cero votos y denuncias de falta de boletas en las mesas. Tuvimos fiscales en Charata, San Martín, La Leonesa, Plaza, Quitilipi, Sáenz Peña. Movilizamos casi 200 compañeros en la fiscalización.


Cuadro político


El oficialismo sufrió un golpe indisimulable: obtuvo el 47 por ciento, pero perdió 20 puntos desde la elección de 2011. Incluso nos votaron sectores provenientes del peronismo o la UCR, una muestra de la disgregación de los dos grandes partidos. La interna de la UCR, al conformarse una lista común, dejará un tendal de heridos.


La elección se produjo en el marco de una crisis social acelerada. Arrancó en el marco de la huelga docente y atravesó la represión en Castelli por el reparto de alimentos, los tarifazos e impuestazos de los dos bloques dominantes, las movilizaciones contra el gatillo fácil y el abuso policial, y una ola profundísima de ocupaciones de terrenos en todo el gran Resistencia, con epicentro en Barranqueras, además de importantes conflictos obreros como la huelga taninera. También se acentuó la descomposición del aparato estatal, visible en la ola de inseguridad y el destape de la trata de personas durante la campaña electoral.


La crisis social en Chaco es un resultado del ajuste, y del agotamiento del régimen de cooptación de organizaciones sociales por parte de Capitanich. La respuesta por parte del radicalismo a este agotamiento es la que aplica en sus intendencias: el tarifazo en Resistencia, el reclamo insistente de represión frente a la crisis de la vivienda en Barranqueras. No tiene una salida para ofrecer, porque se apoya en los mismos intereses sociales que el gobierno provincial. Ese es el límite de la polarización que van a pretender imponer entre Rozas y Capitanich.


La pelea por ingresar diputados de izquierda es una parte fundamental de la lucha por desarrollar una alternativa obrera frente a este cuadro. Vamos a combinar, en los próximos meses, una agitación intensa con nuestro programa con un fuerte trabajo de organización, para poner en pie círculos del partido en cada barrio, formar comités de apoyo, desarrollar nuevos voceros y cuadros políticos y llegar a toda la provincia con la campaña electoral, para garantizar una fiscalización sólida, consolidar nuestro avance en Resistencia y avanzar en el interior provincial.