Políticas

12/1/1995|436

Toda Salta es Güemes

Una decisión judicial decretando la quiebra del ingenio San Isidro, reclamada por la DGI, fue el detonante de un movimiento de protesta que terminó en una pueblada con violentos enfrentamientos con la gendarmería.


La decisión judicial fue la gota que rebasó el vaso, en una zona que se encuentra completamente hundida económicamente y los trabajadores en la más completa miseria luego del cierre del ferrocarril Belgrano, con talleres que daban ocupación a 1.000 trabajadores que fueron cesanteados; una parte de ellos formó cooperativas de servicios con la promesa de la empresa de que serían contratadas para el mantenimiento de las vías, cuestión que no se ha concretado. Simultáneamente a esto, cerró una de las pocas industrias de la zona, la cementera de Minetti. Toda la producción agraria del departamento está en situación de quebranto (tabaco, tomates, etc.). En el ingenio San Isidro (virtualmente quebrado desde hace varios años) se había despedido a la mitad de los trabajadores cuando éste aún estaba en manos de Cornejo (el ex-gobernador de Salta), y a la otra mitad se le dio como salida la formación de una cooperativa para que arrendaran el ingenio, creando por esa vía una división de los propios trabajadores, pues el sector despedido que aún no pudo cobrar su indemnización, acordaba con el decreto de quiebra, pues veía que era la única salida para cobrarle las deudas al ingenio, mientras que el sector organizado en cooperativa se oponía a la decisión judicial para mantener su fuente de trabajo.


A todo este panorama, que llevó a que el 50% de la población activa esté desocupada, se sumaba la situación del personal municipal, al cual se le adeudaba el sueldo de los dos últimos meses.


Del corte a la pueblada


Los dirigentes de la cooperativa de trabajadores azucareros, y el sindicato azucarero, fueron los que promovieron el corte de ruta con 300 trabajadores, para reclamar básicamente que se levante la quiebra del ingenio. Fue la intervención de la gendarmería, que procedió a una feroz represión, con gases, balas de goma y de calibre 38, persiguiendo a los manifestantes dentro del mismo pueblo, lo que dio lugar a la reacción popular, que en forma inmediata y masiva se volcó a enfrentar a las fuerzas represivas. Hubo un cierre del comercio, los sectores juveniles se repartían áreas del pueblo para actuar organizadamente como mejor forma de enfrentar y derrotar a la gendarmería. Los 300 trabajadores del corte pasan a ser 3.000. Todo Güemes se transformó en un campo de batalla, con enfrentamientos que duran hasta entrada la noche. Todos los gremios se volcaron a la lucha, y durante la jornada, salvo las gomerías, no hubo saqueos de los comercios. Los cortes y barricadas se levantaron en diversos puntos del pueblo. Al día siguiente se conoce el saldo de numerosos heridos y detenidos, pero se mantiene una firme disposición de profundizar la lucha, que queda testimoniada en que se vuelve a cortar la ruta, pero esta vez con más del doble de manifestantes. La presión popular obliga al juez a decretar la libertad de los detenidos y a levantar la quiebra del ingenio.


Situación actual


La dirección del movimiento popular terminó en manos de una “Multisectorial”, que a la par de reclamar el levantamiento de la quiebra del ingenio San Isidro, plantea créditos blandos y refinanciación de las deudas de los productores locales, la reapertura del ferrocarril Belgrano, y como cuestión central, la instalación de una zona franca en el departamento, repudiando un veto de la gobernación a la expropiación de una zona de 400 hectáreas, que iba a ser destinada para esos fines.


Por la vía de la “Multisectorial”, la intendencia y el PJ, en nombre de las llamadas “fuerzas vivas” del pueblo, le dan su dirección al movimiento, disolviendo los reclamos de los trabajadores en un conjunto de planteos patronales que como el de la zona franca (ya, diversos medios demostraron la inviabilidad de Güemes como enclave productivo e incluso comercial), se insiste en levantarlo, con el interés de apoderarse de los subsidios que, en nombre de la zona franca, el gobierno nacional pudiera enviar. El propio intendente de Güemes tiene abierto un juicio político por pasarle  a una cooperativa dirigida por su hermano, un crédito de 45.000 dólares que la intendencia había recibido para fomentar los microemprendimientos.


Esta “Multisectorial”, luego del segundo día de corte de ruta, abrió una tregua para negociar con el gobierno provincial su petitorio.


Salta es Güemes


Simultáneamente a la pueblada en Güemes, los obreros municipales de Embarcación, que ocupaban el municipio, eran reprimidos y para defenderse se vieron obligados a quemar la intendencia. El motivo de la protesta es el retraso en dos meses del pago de los salarios.


En la capital, los trabajadores y médicos de la sanidad estatal paraban repudiando el plan de destrucción del hospital público y por los bajos salarios. Paralelamente, la población era sacudida por un aumento del boleto, lo que dio lugar a que se formara una coordinadora de centros vecinales que está reclamando la derogación del aumento.


El gobierno de Ulloa ha permitido el remate de la riqueza provincial (petróleo) y vaciado las arcas de la provincia a favor de los ricachones, y todo el déficit pretende resolverlo atacando a la educación y salud públicas, transfiriendo las Cajas y recortando y demorando la entrega de los fondos de coparticipación provincial a los municipios.


Ante este cuadro de ataques en profundidad a las condiciones de vida de los trabajadores y de revuelta popular, los explotados carecen de una dirección por medio de la cual encarar una lucha de conjunto, la huelga general por sus reivindicaciones. La CGT vigente, alineada con el MTA (y ahora, como brazo sindical del Frente Grande local), está completamente borrada, al igual que el CTA. Es en relación a ello que surge con más necesidad que nunca que se lleve a la práctica el planteo que FOECYT, ADIUNSA, el Comité de Movilización Docente y otros gremios menores, efectuaron hace poco tiempo atrás, de convocar a un plenario de base, con la idea de poner en pie una coordinadora intersindical. El porvenir de los reclamos de los trabajadores está en íntima relación a que estén dirigidos por una dirección independiente. De la mano de los partidos patronales y de las patronales locales y regionales, los reclamos de los explotados sólo son usados para la demagogia y van a concluir en una frustración.


Los reclamos de derogación del aumento del boleto, por un abono obrero-estudiantil del 50%, por la defensa de las Cajas, satisfacción a los reclamos salariales de la sanidad, no al hospital de “autogestión”, por el cobro automático de la coparticipación en los municipios, por la estatización del ingenio San Isidro y su funcionamiento bajo control obrero, por la reapertura del ferrocarril Belgrano y sus talleres, son las reivindicaciones de un programa de acción que deberá servir de base para convocar a un plenario intersindical, que vaya iniciando el camino de reconstrucción del movimiento obrero de Salta.