La información oficial de que el 70% de las empresas no cumple con las normas más elementales de seguridad e higiene laborales demuestra la inmensa estafa económica, social y humana que representa la privatización del régimen de accidentes de trabajo.

Con sólo pagar una prima a la ART, las patronales argentinas pueden elevar considerablemente sus beneficios a costa de la vida de los obreros. Es a este crimen social organizado que se aferran los Cavallo, los Duhalde, los Menem y los aliancistas.

Pero aquella información oficial nos está diciendo también que la tasa de accidentes de trabajo se incrementará fatalmente. Los trabajadores no pueden albergar ninguna expectativa si no eliminan este régimen criminal.

Otra información, también oficial, apunta en la misma dirección. Los salarios y la ocupación han caído todavía más, bajo el pretexto de la crisis; lo que significa que aquellos que conservan el empleo tendrán que matarse para subsistir con estos salarios y tendrán que matarse para mantener su trabajo. Más intensidad laboral, más desesperación, más accidentes. Esa es la fórmula de la tragedia.

A las patronales, por su lado, la crisis las impulsa a bajar los costos, o sea a descuidar todavía más las inversiones en seguridad laboral.

Por eso es tan importante la movilización de la Uocra.

Por eso es importante que se transforme en huelga general con ocupación de las obras.

Por eso es necesario que haya una huelga general de todo el movimiento obrero.

Que la CGT, la CTA y el MTA rompan con las patronales y llamen a una huelga general contra la privatización de la muerte y el accidente laboral.

Control obrero de las condiciones de seguridad e higiene.

Juicio sumarísimo de los accidentes de trabajo.

Por un régimen de indemnizaciones bajo control de los trabajadores.