Políticas

1/12/1994|433

¿Todos unidos triunfaremos?

Acompañada de la acostumbrada “verborragia” menemista, el PJ postergó por dos días (del jueves 17 al sábado 19) los festejos del Día del Militante Peronista, con la idea de convocar a 300.000 personas a un acto que haría las veces de lanzamiento de la campaña electoral para la reelección de Menem-Duhalde.


Los forcejeos en el acto comenzaron desde la propia plana mayor. Duhalde presionó sin disimulos para que el acto se celebrara en La Matanza, y por introducir, de este modo, en el palco a Pierri, su “pollo” para la vicepresidencia. Los jefes de campaña del PJ nacional resistían esta inclusión, alegando el fenomenal desprestigio del presidente de la Cámara de Diputados, acusado de vínculos con el narcotráfico y variadas formas de corrupción.


A poco de andar, Menem ya anunciaba por TV que “vamos a un acto de 200.000” y grandes sumas de dinero partieron del PJ nacional a todos los punteros bonaerenses. A estas alturas, el “asistente” se cotizaba alto; en las barriadas matanceras se ofrecía 10 pesos a todo el que llevara a otras cinco personas al lado. Pero los enfrentamientos atentaban contra la convocatoria; en Rafael Castillo, por ejemplo, la semana previa los afiches y las pintadas de convocatoria “desaparecieron” y fueron reemplazados por las luchas internas entre Russo (ex intendente y colaborador de la dictadura) y Capdevilla, aspirantes a la intendencia. Resultado: el 19, los micros de Castillo partieron vacíos y la única convocatoria que se veía en las paredes era la de la inauguración del local del Partido Obrero.


La policía de Duhalde concedió 65.000 asistentes; Clarín, clemente, dio 50.000; pero tanto Aquí (suplemento matancero del Diario Popular) como Crónica TV, demostraban que escasamente se llegaba a las 40.000 personas en el mejor momento, es decir, antes de que comenzara la batalla campal entre las dos fracciones, que espantó a buena parte de la concurrencia. Lo que luego intentó ocultarse como el resultado de una gresca futbolera entre los hinchas de Lafe y Brown, no fue sino la irrupción del Comando de Organización, que actuó como“la voz de aura” para las piñas entre menemistas y duhaldistas, luego los palos y, finalmente, al grito de “como en Ezeiza”, alguno se despachó con unos tiros. Todo terminó con casi 20 heridos en el Hospital Paroissien, esto sin contar a los atendidos allí mismo y los que fueron al policlínico de San Justo. Mientras tanto, detrás de la escena, los “capos” reclamaban a los punteros el dinero girado por la gente que no habían traído (nada menos que 160.000) y preguntaban a los gritos por los que no habían ido a poner la cara.


En Lafe, al cantar la “marchita”, la frase “todos unidos triunfaremos” sonó casi tan ridícula como la de “combatiendo al capital”.