La Legislatura ha resuelto darle una “solución final” al largo conflicto de los ocupantes de la traza de la ex Autopista 3, en la zona norte de la Ciudad. La ley –votada por los diputados de Macri, Carrió y Kirchner– prevé “resarcir” a las centenares de familias que ocupan la traza hace treinta años. Los recursos saldrán de la venta en remate de las propias tierras de la traza. Se trata un negocio inmobiliario de unos 500 millones de dólares, según algunas estimaciones.

La primera alternativa para estas familias es un resarcimiento monetario –150,000 pesos– que sólo puede implicar una salida fuera del perímetro de la Ciudad. La ley también prevé “viviendas al interior de la propia traza”. Pero estas viviendas serán agrupadas en poco espacio y en altura, con el evidente propósito de “maximizar” las tierras para subasta.

Para los vecinos que lindan con la traza, el planteo es más pérfido; para terminar con el paisaje de la “traza” y sus viviendas precarias tendrán que admitir otro paisaje: el de los shoppings o torres en altura. En la amplia longitud de la ex AU3, existen condiciones para satisfacer los dos reclamos de quienes habitan dentro y fuera de la traza: viviendas dignas y definitivas, por un lado, y espacios verdes públicos y de carácter social y cultural para todo el barrio, por el otro. Esta es la única y verdadera “integración” de la traza al tejido urbano de la zona. Levantemos una plataforma para una “solución definitiva” sin chantajes, y en beneficio de quienes trabajan y viven en la zona: 1) vivienda definitiva para todos los habitantes de la traza, sin exclusión alguna; 2) ninguna enajenación de tierras. Plan urbano para la traza a partir de la iniciativa de las asociaciones de vecinos, respetando la armonía con el resto del barrio y otorgando prioridad a espacios verdes y culturales de carácter público.