Políticas

24/5/2006|947

Tres años de Kirchner


Versión completa de la entrevista a Jorge Altamira que fuera publicado de manera amputada en Pagina 12 del domingo 22 de mayo.


 


 


—¿Qué balance hace de los tres años de gestión de Néstor Kirchner?


 


—No se percibe ninguna transformación de la organización social que entró en bancarrota a fines de 2001. A pesar de la reactivación económica, la deuda pública es un 90% del PBI y crece vegetativamente unos 6.000 millones de dólares al año por la parte de ella que se ajusta por inflación. La población por debajo del nivel de pobreza es, aproximadamente, del 40%, y la desocupación y la subocupación afectan, por lo mínimo, al 25% de la población activa —unas tres millones de personas. La mitad de los asalariados gana por debajo de la canasta básica, mientras que la mayoría de las jubilaciones oscilan en torno a la canasta de indigencia. Sigue en pie el régimen de precariedad laboral, mientras continúa la degradación de la educación y la salud públicas; la polarización social se ha acentuado. Se nota, en la cuenta de ganancias de los capitalistas, el empeño puesto por el gobierno en priorizar la “reconstrucción de la burguesía nacional”. Pero incluso aquí el balance es todavía provisorio, pues sigue la extranjerización económica y la deuda externa privada continúa amenazando a varios pulpos capitalistas.


 


—¿Hay algo que se pueda rescatar de la gestión de Kirchner?


 


—Históricamente, los gobiernos como el de Kirchner realizan aportes invalorables, a pesar suyo, a la evolución política de los países. Las crisis de las cuales emergen los obligan a gobernar con una elevada dosis de activismo, o sea que politizan aún más la vida social. Despiertan curiosidad y hasta inquietud en aquellas masas hasta el momento pasivas. Esto acrecienta las oportunidades de desarrollo de las fuerzas socialistas, si toman el cuidado de delimitarse de este tipo de gobiernos capitalistas y si son capaces de criticarlos rigurosamente.


 


—¿Por qué todavía no existe una oposición consolidada?


 


—Por la misma razón que no existe un oficialismo consolidado; a nadie se le escapa que es una colección disparatada de retazos, que incluso ha sufrido la caída de dos gobernadores y dos intendentes (Capital y Bahía). O sea, porque estamos en una etapa de transición. El gobierno quiere apoderarse del costado izquierdo del escenario, no solamente atacando a la derecha (con la cual hace los mejores negocios) sino por sobre todo cooptando dirigentes populares. De lo que se trata es de desarrollar una oposición obrera y socialista para poner al gobierno en su verdadero lugar, el de la defensa del capital.