Políticas

28/5/2009|1085

TRES DE FEBRERO | Si sobrevivís al dengue, a la fiebre porcina o a la policía…

Te espera la patota de la UOM de Curto

Tres de Febrero, y en especial Ciudadela, es uno de los focos de dengue más preocupante del Gran Buenos Aires. Su intendente, Hugo Curto, es el principal responsable, ya que los basurales abundan y los lugares de acumulación de agua superan los imaginables.  Con la complicidad del gobierno kirchnerista y de Scioli, han montado una campaña trucha, donde no sólo el ministro Claudio Zin ha repartido unos volantes en la zona más céntrica de Ciudadela (lejos de las zonas de mayor riesgo de infección, como Fuerte Apache), sino que ante la denuncia del personal de una escuela de barrio Derqui por la presencia de este mosquito (se mataron tres observando las rayas en sus patas), en Medicina Preventiva de la Municipalidad, el “personal idóneo dependiente de Curto” le restó importancia aun ante el pedido del personal de fumigar la escuela. Otra versión es la de TN, que informó que hay casi 100 casos sospechosos de dengue sólo en Ciudadela, aunque se cree que puede haber hasta 200 casos.

Tan preocupantes como el dengue son los casos de fiebre porcina detectados y, por supuesto, negados por el municipio. De lo único que está seguro Curto es del funcionamiento de “su” policía y “su” patota. La policía de Tres de Febrero se destaca desde hace décadas no sólo por recoger “las donaciones” de los distintos negocios del distrito de cualquier ramo que sea, so pena de ser asaltados, sino en el maltrato y las agresiones físicas a la juventud que no le responde al intendente tanto fuera como dentro de las comisarías. La persecución a las murgas y distintas expresiones culturales no curtistas son perseguidas para que no ocupen un solo lugar público. Más de un joven encontró la muerte en una celda de la zona. La patota de Curto merece un capítulo aparte en la nefasta trayectoria de la UOM en el distrito. El miércoles 20 de mayo, una vez más, los militantes del Partido Obrero fuimos amenazados por la patota de la UOM de Curto, cuando volanteábamos la fábrica Zanella, en Caseros. Uno de ellos nos explicó que en Zanella no hubo despidos ni suspensiones, pero sí que cobraban 600 pesos que les daba el gobierno en carácter de subsidio, algo poco usual cuando la fábrica no presenta graves problemas financieros. Claro está que fue un acuerdo de la UOM–Curto–Kirchner, para incrementar la rentabilidad de la empresa. La preocupación de estos “delegados de Curto”, no de los trabajadores, fue el ingreso a la fábrica del material volanteado por el Partido Obrero la semana pasada.

Toda esta situación demuestra que la política kirchnerista y de Curto-Scioli es sólo perpetuarse en sus tronos indiferentes a las problemáticas de los trabajadores, sin una política para la salud, la educación, la vivienda, y el trabajo.

 

Viviana Puccio