Políticas

1/11/2007|1015

Tucumán

El proceso electoral estuvo condicionado al resultado operado en las elecciones provinciales de agosto, donde Alperovich arrasó con casi el 80% de los votos. Varias fuerzas decidieron ahora no presentarse, como ocurrió con el bussismo, el Partido Laborista, o Jerez.


El oficialismo esta vez hizo un despliegue menor del aparato y no recurrió al sistema de fuerzas acopladas, lo que distendió la presión en los barrios y en las escuelas el día de los comicios. El gobierno ganó con más del 60%, o sea que retrocedió en 100.000 votos con relación a agosto, votos que fueron a Lavagna y a un rejunte de 6 fuerzas (UCR, Pueblo Unido, MP3, Ciudadano Independiente, Cruzada Peronista y otro grupo proveniente del PJ). Las candidaturas presidenciales le permitieron al PS pasar de 5.000 votos a casi 40.000, y a la Democracia Cristiana de unos 5.000 votos a más de 11.000, ambos con Carrió. Nosotros, para la votación a diputado nacional pasamos de 7.250 a casi 8.000 (faltan escrutar 200 mesas), superando al conjunto de la izquierda y otras fuerzas menores. En la votación presidencial llegaríamos a los 6.000 votos (la mejor elección), lo que demuestra que hubo un 30% de corte de boletas.


La campaña partidaria fue de menor intensidad, si se la compara con la de agosto, que fue la mejor. Durante este período impulsamos en las elecciones a directiva de seccional de Uatre una lista que salió en segundo lugar (se presentaron cuatro), o en las campaña electorales que están en curso en tres facultades, o en el Encuentro de la Mujer.