Políticas

11/6/2019

Tucumán: balance de las elecciones del domingo 9

En las elecciones de este domingo las listas del PJ con Manzur a la cabeza acapararon el 51% de los votos, muy lejos se ubicó la lista macrista de Silvia Elías de Pérez con el 20% y luego vinieron el hijo del genocida Bussi y la otra lista peronista comandada por Alperovich con algo más del 10% cada uno. La comparación con los resultados del 2015 muestra números similares para Manzur que se mantiene en más del 50% de los votos y también una caída del macrismo que en la anterior elección obtuvo más del 45% de los votos. El estado provincial desplegó un enorme aparato de punteros vía los “acoples”. En esta elección se impuso a Alperovich y al bussismo, que sostuvieron y explotaron el sistema cuando estuvieron en la gobernación (en el último caso, bajo el mando de Antonio Bussi, padre del candidato de Fuerza Republicana en estos comicios). Ambos lograron, casi sin acoples, elecciones de dos digitos. La elección del FIT estuvo en el 0,95% provincial, con un pico de 1,88% en la capital.


 Todos los candidatos trataron de despegarse del gobierno nacional. Manzur fue el que llevó más lejos el asunto, publicitando que era la oposición a Macri. En el momento en se cerró el pacto Fernández-Fernández, rápidamente proclamó su apoyo a la nueva fórmula presidencial. Los macristas en Tucumán trataron de ocultar a su líder nacional. En los últimos días de campaña la desesperada antiabortista Silvia Elías de Pérez llegó a decir que “ella no era la candidata de Macri en la provincia” y durante el debate televisado de los candidatos evitó referirse al presidente en todo momento. Bussi y Alperovich también criticaron a Macri al por mayor. Es decir, todos los candidatos se subieron al operativo de relevo de Macri.


Cuando meses antes de la elección Alperovich lanzó su candidatura lo hizo a caballo de la figurita de Cristina. Especulaba con recoger los votos K ya que Manzur había sostenido año pasado que "el kirchnerismo estaba terminado", al compás del derrumbe de Macri el gobierno fue cambiando de opinión. Pasó de votarle a Macri tres presupuestos, un pacto fiscal y más de cien leyes en el Congreso a plantarse como la oposición al gobierno. Manzur fue un hacedor de la unidad del Pj-Kirchnerismo desde su acto del 17 de octubre del año pasado, donde iba promoviendo una confluencia de los gobernadores del PJ Federal con el PJ oficial nucleado alrededor de CFK. Las piezas se reacomodan en función de un posible recambio que todavía está en veremos.


La patronal votó por Manzur


En su anterior campaña presidencial Macri vino a Tucumán de la mano de dueños de ingenios azucareros y demás sectores capitalistas. En estas elecciones no pisó la provincia, sin dudas hubo un acuerdo entre los que pensaban que podría ser piantavotos y los que no querían hacerse cargo de una nueva derrota a las que viene acumulando en las elecciones provinciales que se fueron dando.  En esta oportunidad el que apareció inaugurando zafras y reuniéndose con el arco patronal fue Manzur. Sucede que este gobierno realizó pocas obras públicas, lo que valió que los empresarios de la construcción en un primer momento impulsaran la candidatura de Alperovich, pero sí realizó algunas de importancia para los exportadores de limones como la ampliación del aeropuerto y la edificación de una gigante cámara frigorífica, todo con dineros provinciales. En términos de lobbismo se adjudicó la apertura del mercado norteamericano para los limones y la promesa de pelear el aumento del precio y el cupo del bioetanol de caña de azúcar que mantiene una tensión entre el gobierno nacional y los ingenios locales. Todavía existe una tensión por el tema de los impuestos provinciales, pero días antes de las elecciones apareció un decreto para eximir de impuestos a todos los sojeros de hasta mil hectáreas y cañeros de hasta cien, un verdadero regalo pre-electoral. Distintas tensiones por el impacto del tarifazo, por las dificultades de varios ingenios para comenzar la zafra, y la caída de la industria textil no impactaron en la elección, gracias al apoyo patronal a Manzur y la dispersión política de los trabajadores.


El derrumbe de Cambiemos


La derrota del macrismo se dio en toda la línea, obtuvieron menos legisladores que en la anterior composición de la cámara y la mayoría de ellos son de origen radical, lo mismo les pasó en el concejo deliberante de la capital. A pesar de que retuvieron tres intendencias importantes como las de Yerba Buena, Concepción y Capital, para conservar esta última tuvieron que recurrir nuevamente a un sector peronista, que no se privó de entregar votos cortados durante toda la elección. Se abre en este sector una nueva crisis entre radicales, macristas puros y simpatizantes de Carrió a luz de la contundente derrota.


La elección del FIT y las tareas


La presión de los aparatos fue descomunal, miles de acoples, punteros y candidatos cada uno peleando por lo suyo. Un despilfarro de dinero para quebrar opositores y condicionar a los aliados. Unas elecciones fraudulentas de principio fin a las que los trabajadores asistieron atomizados sobre todo por el papel de la burocracia sindical. En este marco tuvo que moverse el Frente de Izquierda y el Partido Obrero, que llevó el mayor peso de campaña, sobre todo en el interior. Presentamos listas en varias comunas y municipios y defendimos de principio a fin nuestro voto. Los resultados son levemente superiores a los del 2015 pero todavía en la marginalidad y, por supuesto, muy inferiores a los obtenidos en las elecciones nacionales. 


La campaña del Partido Obrero, con Ariel Osatinsky (dirigente del combativo gremio de los docentes universitarios y del Partido Obrero de Tucumán) a la cabeza, tuvo por propósito explicar los alcances de la crisis capitalista en curso y el eventual recambio que se está preparando. Denunciamos la complicidad de Macri y Manzur en el acuerdo con el FMI y las implicancias que esto tiene para los tucumanos. Nuestra campaña fue dominada por la consigna de “que la crisis la paguen los capitalistas” con la intención de unificar y preparar a los trabajadores para dar una respuesta a la crisis, haciendo hincapié en que se trata de una pelea del Frente de Izquierda contra los candidatos del FMI. Las tareas ahora consisten en reagrupar a las masas laboriosas en torno a un plan de lucha y la denuncia al ataque contra trabajadores que continuará gane o pierda Macri.  Las elecciones son un episodio en la crisis, nuestra tarea es separar a la clase obrera de las fuerzas patronales para que se plante como una fuerza social autónoma capaz de intervenir en el proceso con la perspectiva de un gobierno de trabajadores.