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La Legislatura provincial acaba de autorizar al gobierno a solicitar créditos por 400 millones de pesos para enfrentar contingencias financieras. Hay apuro, sin embargo: el gobierno no contaría con los fondos para pagar los aguinaldos de junio y para asegurar el pago en tiempo y forma de los salarios. El quebranto fiscal tiene lugar luego de un aumento del impuesto inmobiliario y posteriormente de Ingresos Brutos. El aumento de la recaudación interna no compensó la caída de los ingresos de los fondos de coparticipación, el crecimiento de los subsidios a empresas telefónicas, informáticas y hasta de juegos de azar, etc., así como los compromisos de una deuda pública de 4.500 millones. Si se incluyen la deuda flotante y la de los municipios, que se ha transferido a la provincia, la deuda total supera los 8.000 millones. No sorprende entonces que los aumentos paritarios a los estatales no superaran el 20% promedio, y que se quiera revisar el Estatuto del Docente y la ley de Carrera Sanitaria para amputar conquistas. La burocracia de la CGT y la CTA, incluida la dirigencia del Sindicato Autoconvocados de la Salud (Sitas), dieron su acuerdo a esto, incluida la firma de un acuerdo de paz social. El régimen de cooptación política y de arbitraje instalado por Alperovich comienza a resquebrajarse al compás de la quiebra fiscal. Para hacer frente al internismo, Alperovich busca una nueva reforma constitucional reeleccionista por tiempo indefinido. Luego de los tarifazos del agua y la luz, Alperovich acaba de sumar un aumento de un 25% del transporte. Mientras en textiles están suspendiendo personal, en el citrus y el azúcar las discusiones paritarias están levantando temperatura. En el citrus tuvo lugar una huelga de 48 horas para reivindicar un aumento del 35%. Hubo cien cortes que paralizaron la provincia; el Ministerio de Trabajo decretó la conciliación obligatoria. Impulsemos deliberaciones en los lugares de trabajo por un congreso de bases del movimiento obrero, por la derogación de los tarifazos e impuestazos, por aumentos salariales del 35%, para poner fin al ajuste pro-capitalista y desarrollar una alternativa política de los trabajadores.

Daniel Blanco