Políticas

19/8/2004|864

Tucumán: El gobierno paró la lucha, retrocediendo

Después de cuatro meses, se ha cerrado la lucha en Tucumán por un básico de 350 pesos y trabajo. El gobierno otorgó, en el último minuto, la efectivización de los trabajadores estatales provisorios (de la administración provincial y las comunas) que hubiesen cumplido tres años de antigüedad, una conquista que importe una recategorización salarial y cuya magnitud el gobierno oculta al no dar el número de bene­ficiarios. A partir de aquí el gobierno mantuve su política de no aumentar los básicos, otorgan­do un aumento del salario familiar (20 pesos por hijo hasta 500 pesos de sueldo, 10 pesos hasta 725), un adicional no remunerativo de 100 pe­sos y una categorización, de 60 pesos en el mejor de los casos -válida también para trabajadores de la provincia o los municipios-. De conjunto, en un caso promedio, un aumento del orden del 50%.


La crisis política


El cierre del conflicto expresa, entre otros as­pectos, el pacto entre Kirchner (a quien responde Alperovich) y Duhalde. Ocurre que el reclamo salarial se había abierto paso en medio de una fenomenal crisis del PJ. En los inicios del con­flicto se formó una coordinadora entre los sindi­catos de la CTA, la CCC y el Polo Obrero, cuan­do la lucha de Atsa ya estaba en desarrollo. Dos meses más tarde, se sumaron los sindicatos y or­ganizaciones de desocupados agrupados en la Intersindical (Sutep, UDT, Sitracom, Sitravi, Asambleas Barriales). El gobierno ofreció primero 50 pesos de adicional, y la CTA planteó que era la oportunidad para abrir una tregua (una constante con cada paso atrás del gobierno). Por la presión de los sectores más combativos se votó un plan de lucha con la Marcha de la Bronca como punto culminante (ver PO 858). El gobier­no llevó la oferta de adicionales a 100 pesos y a 400 el básico de bolsillo (sumando todos los ítems), sin lograr frenar el movimiento de lucha. Sólo Atsa y el Mijd le dieron la espalda.


La jomada del 9 puso de manifiesto la pro­fundidad de la crisis política y el surgimiento de un bloque de organizaciones dispuesto a ir a fon­do para imponer la victoria de los reclamos. En contraste, la CTA, por tercera vez, planteó una


El Congreso de Fotia


El Congreso convocado en Fotia (PO 863) tuvo por misión hacer un balance y definir un rumbo. Se realizó con el bloque de fuerzas que había garantizado la Marcha de la Bronca, a ex­cepción de la CCC y Vialidad, que decidieron ali­nearse junto a la CTA, que había anunciado una nueva tregua. El Congreso fue un éxito, repudió la tregua y reafirmó el programa y la moviliza­ción general a la plaza para el 11 de agosto.


En este escenario, el gobierno decidió au­mentar las concesiones, otorgando la categori­zación y la efectividad de los contratados.


Las reivindicaciones


Fuera de lo expuesto, las organizaciones pi­queteras obtuvieron ayudas, el reconocimiento de la bolsa de trabajo en el interior y la reincorpora­ción de 300 trabajadores a un plan provincial, que beneficia al Sitracom y a las Asambleas Barriales.


Con este planteo, el 9 de agosto el gobierno firma una prórroga de la tregua por 9 meses, con la CGT, la CTA y la CCC. El bloque que convo­có al Congreso de Fotia, decide mantener la mo­vilización del 11.


La movilización de más de 2.000 compañeros concretada ese día tuvo un carácter político referencial, porque encamó la pelea consecuente por los reclamos y la defensa de una nueva dirección contra las conducciones que horas antes habían pactado la tregua en defensa del gobierno. Prácticamente todos los medios ocultaron la con­vocatoria, destacando que el conflicto había llega­do a su fin con la firma del acta-acuerdo del 9 de agosto. Un fenomenal operativo policial similar al del 9 de julio se desplegó en la Plaza para disuadir cualquier intento de concretar el acampe previsto para esa jomada. Los compañeros del Sitracom, de las Asambleas Barriales y un sector del Polo, que­daron bloqueados por un enorme piquete policial en el puente Lucas Córdoba. Desde la tribuna eri­gida en la Plaza Independencia se denunció al go­bierno y a las direcciones que lo sostenían.


Perspectivas


El gobierno ha logrado neutralizar momentáneamente el proceso de lucha. Ha logrado sor­tear el reclamo por el básico a 350 pesos y la so­lución de fondo para los desocupados. Tiene en agenda votar la ley de responsabilidad fiscal. La burocracia va a imponer una nueva CGT con los gremios que aseguraron la tregua.


Sin embargo, la conciencia general es que las concesiones del gobierno fueron arrancadas con la lucha. Han surgido y se han fortalecido las oposiciones combativas en los sindicatos y orga­nizaciones piqueteras colaboracionistas. Se ha fortalecido el bloque sindical-piquetero que con­vocó al Congreso de Fotia. La dirección que allí fue elegida está tomando la responsabilidad de mantener el cuadro coordinado de fuerzas.