Políticas

19/12/2019|1577

Tucumán, fin de año al rojo vivo

Defendemos incondicionalmente la independencia política de los trabajadores

Durante este año, las idas y vueltas electorales fueron el tema central de la situación política en Tucumán. Los realineamientos políticos, los cambios de bando y los acuerdos espurios fueron parte de la cotidianeidad.


Las elecciones, tanto provinciales como nacionales, fueron ganadas con holgura por el PJ local. Incluso, el gobierno se dio el lujo de prescindir, en cierta forma, del endeble aparato kirchnerista de la provincia. Juan Manzur sólo recurrió a las faldas de CFK cuando José Alperovich se metió de lleno en la disputa por la gobernación. Pocos meses después de declarar la defunción del kirchnerismo, el gobernador comprendió que Macri tenía pocas posibilidades de ser reelecto y se olvidó de todas las leyes que los diputados macristas le votaron a libro cerrado. Manzur entendió rápidamente que debía subirse al caballo ganador, y se apuntó como armador de la fórmula Fernández-Fernández entre los gobernadores peronistas.


Estos gobernadores, junto con sectores de la burocracia sindical y hasta de la UIA, corrieron presurosos al llamado y comenzaron a darle forma al pacto social. El primer desaire que sufrió Manzur por parte del nuevo gobierno nacional fue con el anuncio del gabinete presidencial. Su número puesto para ministro de Salud -el diputado, ex ministro de Salud de Tucumán, Pablo Yedlin- fue desplazado por un kirchnerista. El Ministerio de Salud reporta una caja interesante, por el manejo de las obras sociales. Manzur ya conoce esas mieles, de cuando fue ministro de CFK.


Deuda para pagar sueldos


En el frente interno, el gobierno pareciera tener todos los cabos atados. Conserva la mayoría en la Legislatura y ahora se apoderó del Concejo Deliberante de la capital. Todo esto gracias a la inestimable ayuda del bussismo. A todo esto se suma que la denuncia por abuso contra Alperovich puede terminar arrimando al gobierno a los pocos cargos que obtuvo la lista del exgobernador.


En materia económica, en cambio, la situación es muy delicada. Entre gallos y medianoche, la Legislatura le aprobó a Manzur la posibilidad de endeudarse por hasta 28.500 millones de pesos, una cifra astronómica, de los cuales el gobierno ya tomó 3.000 millones del Banco Macro para cubrir agujeros salariales. El problema principal es que la tasa de interés puede superar el 80% anual; y sólo dos gobiernos se endeudan a esa tasa: uno quebrado o uno que quiere armar un negociado para sus socios y amigos. 


¿Cuál oposición?


La oposición política en la provincia se ha terminado de desdibujar a partir de la derrota de Cambiemos a nivel nacional. Los radicales y los partidarios de Macri se quedaron con poquísimas bancas en la provincia. A pesar de que obtuvieron dos diputados nacionales en la última elección, no queda claro qué rumbo tomarán estos. Beatriz Avila, que dos años atrás había sido electa por las listas de Cambiemos en representación del PJ disidente, ahora arma un bloque nuevo y dispara munición gruesa contra el expresidente.


El busissmo ni siquiera pretende plantarse como oposición. Sólo le interesa cuidar su cuota de poder a la sombra de Manzur. Ni qué hablar de Alperovich, quien se ve envuelto en una denuncia por abuso sexual en forma reiterada; una acusación que no sorprende a nadie viniendo del principal encubridor del crimen de Paulina Lebbos.


El lugar de la oposición política en Tucumán está vacante. 


Los trabajadores


Durante este año se sucedieron distintos conflictos, sintomáticos del estado de la economía provincial. Quebró una gran cantidad de comercios -entre ellos, una importante cadena de supermercados-, la construcción está parada, la zafra del citrus fue nuevamente cortísima -y con salarios de pobreza-, y los trabajadores estatales perdieron entre 10 y 20 puntos del salario contra la inflación.


La mitad de la industria azucarera se encuentra en estado de quebranto. Los ingenios San Juan y Santa Bárbara no molieron este año y dejaron más de 1.000 trabajadores sin sustento. Otras fábricas azucareras tuvieron zafras más cortas de lo esperado, y sus obreros -en su mayoría, temporarios- no llegaron a completar más de cinco meses de trabajo. Las patronales culpan al gobierno de Macri por este descalabro, debido a que no subió el precio de los biocombustibles o a que no aumentó el de la mezcla de estos con los derivados del petróleo. Ahora le demandan a Fernández una solución a sus problemas, pero se enfrentan al problema principal de que sus intereses son contrarios a los de las petroleras. El equilibrio es inestable y los trabajadores azucareros tienen una tradición de lucha muy importante, que en cualquier momento puede salir a la luz.


El Partido


Los resultados electorales del FIT-Unidad, tanto en las elecciones provinciales como en las nacionales, no mostraron números importantes. En el marco de una extrema polarización y de la parálisis de la clase obrera, abonada por la burocracia sindical y piquetera, el Partido Obrero realizó una vasta campaña denunciando el pacto social en carpeta y advirtiendo del necesario ajuste que va a poner en práctica el nuevo gobierno nacional, con la complicidad de Manzur y compañía.


Nuestro partido en la provincia -y también el Polo Obrero- ha emprendido una reorganización tras la ruptura del grupo de Jorge Altamira. Lo hacemos tomando como base nuestra concepción histórica de lo que debe ser un partido obrero: una organización de combate de la clase obrera para luchar por un gobierno de trabajadores y no meramente un grupo de propaganda de ideas sueltas.


Defendemos incondicionalmente la independencia política de los trabajadores y un programa de reivindicaciones que incluyen el salario mínimo igual a la canasta familiar, los derechos de la mujer, el apoyo a las rebeliones populares en Latinoamérica, la puesta bajo control de los trabajadores de toda fábrica que cierre o que despida, el 82% móvil para los jubilados, la duplicación y apertura de los programas sociales en vistas a la pelea por trabajo genuino, la oposición al pacto social y la ruptura con el FMI. Con este programa encaramos los desafíos del año que se viene.