Políticas

18/2/2016|1399

Tucumán: Macri, la crisis azucarera y la lucha de los trabajadores

El pasado 5 de febrero, Macri realizó su primera visita presidencial a Tucumán. Lo hizo para anunciar -en el predio del ingenio La Trinidad y ante los dueños de casa y de varias otras empresas del sector de Tucumán, Salta y Jujuy (Ledesma)- que, a partir del próximo 1º de abril, aumentará del 10 al 12 por ciento el corte de las naftas con bioetanol


El pasado 5 de febrero, Macri realizó su primera visita presidencial a Tucumán. Lo hizo para anunciar -en el predio del ingenio La Trinidad y ante los dueños de casa y de varias otras empresas del sector de Tucumán, Salta y Jujuy (Ledesma)- que, a partir del próximo 1º de abril, aumentará del 10 al 12 por ciento el corte de las naftas con bioetanol.


Macri se hizo presente junto con el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales; el de Salta, Juan Manuel Urtubey y con el radical José Cano, quien dirige el denominado Plan Belgrano, mientras que el gobernador tucumano, Juan Manzur, fue ningunead por la comitiva presidencial y tuvo que ir directamente al ingenio, según indicaron medios locales.


El anuncio de la elevación del corte fue presentado por Macri como una salida a la crisis azucarera. Cano la elevó a la altura de una medida histórica. Manzur también se sumó al coro de elogios.


Todos sostienen que con esta suba del corte se va a destinar el equivalente de 260.000 toneladas de azúcar a la producción de biotetanol, lo que va a ayudar a descomprimir el problema de los excedentes de azúcar que han sido el factor que ha derrumbado el precio interno del azúcar. Como a nivel internacional ocurre un fenómeno similar, la exportación de excedentes ha sido cada vez más resistida.


La medida va a significar un alivio, pero se está muy lejos de haber superado la crisis. Los excedentes superan por lejos las 260 mil toneladas. Sólo en Tucumán, en 2015 superaron las 600 mil toneladas.


El mayor entusiasmo viene de parte del sector empresarial que ya producen bioetanol (9 de los 20 ingenios existente el país) y que procuran ampliar la producción. Contrastada con la producción azucarera, la de bioteanol tiene costos laborales menores y se vende a precios subsidiados, como ocurre con las naftas.


Por otra parte, los ingenios puramente azucareros (son 11) han declarado que pretenden ingresar al negocio reclamando que el nuevo cupo les pertenece. Y lo mismo han planteado los cañeros. El inconveniente es que no cuentan con instalaciones propias para producirlos.


 Para arbitrar frente esta situación, el ministro de Energía de la Nación ha decidido convocar a una reunión para el 17 de febrero.


En este cuadro de crisis y pugnas, se ha reabierto la lucha de los obreros del ingenio San Juan a quienes se les adeudan los salarios desde el mes de setiembre del año pasado. El ingenio ha sufrido un proceso de vaciamiento y de quiebra.


Recientemente, en los tribunales, se conoció la oferta de Rochia Ferro, dueño del ingenio Florida y Cruz Alta, el segundo de la provincia y principal producto de bioetanol del país, quien planteó comprar la quiebra poniendo como condición separar a la mitad del personal mientras queel sector que quedaría empleado en la empresa debería aceptar trabajar 12 horas como jornada normal.


El interés de Rochia Ferro por el San Juan deriva del hecho de que este ingenio cuenta con importante cañaverales, o sea materia prima para producir azúcar o alcohol. Ahora, para abastecerse, Rochia Ferro debe negociar con los cañeros independientes. Hay otros ingenios que también están en crisis y que podrían quebrar o cambiar de mano o sea que vamos a un proceso convulsivo y tendiente a una mayor monopolización.


Una asamblea obrera en el ingenio San Juan rechazó la salida propuesta por Rochia Ferro y se ha planteado que el estado provincial se haga cargo del ingenio para asegurar la continuidad laboral.


Macri, Manzur, Cano, han pergeñado distintas alternativa a la crisis azucarera donde los platos rotos los deben pagar los trabajadores y los pequeños y medianos cañeros.


A esas alternativas se le debe oponer otra: defensa de los derechos laborales y salariales, incluso reclamando la estatización o provincialización de los ingenios que amenacen cerrar o despedir.


Y, como salida de fondo, una reorganización sobre otras bases, la nacionalización de las grandes fábricas y fundos cañeros bajo control obrero para que la producción azucareras y de biocombustibles esté al servicio de las mayorías laboriosas.