Uatre: la cosa está que arde

Como ocurre todos los años, en vísperas del comienzo de la cosecha, se hacen oír los reclamos de los trabajadores. En esta oportunidad el reclamo principal es un aumento de 500 pesos, para pasar de un salario referencial de 1.375 a uno de 1.875 pesos.

Las patronales, a través de la Asociación Tucumana de Citrus (ATC), desde el marzo han, venido batiendo el parche de la “crisis”. Lo mismo hicieron en la cosecha pasada. Efectivamente, hubo una crisis, pero sólo la vivió el trabajador, que tuvo una cosecha más corta; los empresarios aumentaron sus ganancias. ¿Por qué creerles ahora?. Además, si efectivamente estuvieran afectados por la crisis ¿por qué la tenemos que pagar los trabajadores?

En todos estos años la producción citrícola se vio beneficiada por los altos precios del limón, por los salarios irrisorios y las mucho peores condiciones de trabajo, en especial de los cosecheros (más de un 50% en negro, con alrededor de 5.000 menores incorporados en las cosechas). Lo mismo sucede en los ‘packing’ donde se ha hecho moneda corriente la intervención de las empresas contratistas y subcontratistas, abaratando la mano de obra y dividiendo a los trabajadores que, en una misma empresa, muchas veces tienen tres o cuatro patronales ficticias.

El gobierno decidió “ayudar” mediante la prórroga del régimen de alícuota cero para el pago de ingresos brutos por parte de las citrícolas. No conforme con esto, algunas grandes empresas han procedido a despidos, como ocurrió en la San Miguel y en Citrusvil y están retrasando la incorporación del personal de cosecha con el argumento de que se retrasó el plan de exportación. Como respuesta al reclamo de la Uatre, plantearon que sólo están en condiciones de otorgar un aumento de 150 pesos en negro, por única vez y dividido en tres partes. Una provocación.

Desde el sindicato han declarado que si en una semana no hay una respuesta favorable, iniciarían un plan de lucha. La dirigencia de Uatre Tucumán está alineada a nivel provincial con el jurismo (PJ disidente), que procura con sus planes de promoción ganarse la voluntad del empresariado tucumano. Por eso mismo, mientras declaran que van a la lucha, no están organizando a las bases que están recalientes. Es necesario reclamar la asamblea provincial y como en el 2005 votar la huelga general. Así se pueden arrancar los reclamos.

Miguel Ramirez