Políticas

24/7/2004|861

Un “abrazo” lamentable…

El “ataque” a la Legislatura fue armado por los servicios.


El pasado miércoles 21 un conjunto de le­gisladores lideraron un “abrazo simbólico a la Legislatura”. Durante la recorrida -relata "Noticias Urbanas”-, “los empleados y legis­ladores entonaron el Himno Nacional y se de­tuvieron en cada puerta del edificio, para aplaudir al personal de seguridad”. El acto, que fue encabezado por el procesista Santia­go de Estrada, vicepresidente de la “casa”, unió al fascistoide Jorge Enríquez con Vilma Ripoll, de Izquierda Unida.


La Legislatura integra esa inmensa má­quina de opresión que es el Estado capitalis­ta. y no es, con seguridad, un “brazo” menor. Allí se urden cotidianamente conspiraciones contra el pueblo, como la privatización de es­pacios públicos de la Ciudad y la convalida­ción de una política sistemática de vacia­miento de la educación y de la salud. El edificio alberga a numerosos servicios, sea en la planta permanente o en los despachos de los diputados.


El carácter conspirativo de la institución legislativa se puso de relieve en los sucesos del viernes 16. El primer acto provocativo de la jornada fue la decisión de sesionar “en se­creto” ese día, prohibiendo incluso la presen­cia de público y hasta de una delegación de los manifestantes. En vez de denunciar a “la casa”, IU se suma a su defensa.


La delegación piquetera que ingresó a la Legislatura el jueves 22, demostró cómo se gesta el contacto con los trabajadores reales del edificio, o sea sin cerrar filas en defensa del Estado.


Hace un año atrás, IU pretendió imponer el delito de opinión, oponiéndose al ingreso de Elena Cruz como diputada. Ahora marcha con los numerosos Elena Cruz que pueblan la Legislatura.