Políticas

3/6/2016

Un golpe en la AFA


Sin tapujos ni cuidado por las formas, el núcleo duro de la Superliga se fue de la AFA para crear un vacío de poder y forzar una intervención formal o, en todo caso, partir lisa y llanamente al fútbol argentino. River, Boca, San Lorenzo y Racing se fueron del comité ejecutivo de la Asociación y anunciaron que “a más tardar” el 21 de junio proclamarán el comienzo de la Superliga en agosto. Es el grupo respaldado por el gobierno nacional. Para hacer posible este paso fue que Macri habló personalmente, por teleconferencia, con el presidente de Fifa, Gianni  Infantino, y para eso también llegan veedores de la Federación Internacional y de la alicaída Conmebol.


Se trata ante todo de una extorsión que tiene una clara arista política (véase Prensa Obrera 1413; 2/6). Macri conduce un gobierno con debilidades notorias y necesita consolidar poder. Por eso no está dispuesto a permitir que Hugo Moyano quede al frente de un organismo tan poderoso como la AFA, o, si eso ocurriera, hará que se trate de una AFA residual, dedicada solo a los torneos del ascenso. Para la camarilla de Moyano y Claudio “Chiqui” Tapia (su yerno y presidente de Barracas Central), regenteadores de patotas, barras y de fondos igualmente millonarios, también se trata de un tironeo político de primera importancia.


Así avanza la colonización del fútbol argentino, al punto que el calendario de la Superliga coincidirá con el del campeonato europeo para empalmarlo también con las aperturas y los cierres de los libros de pases. Y eso no es todo: la Superliga será conducida por un CEO, posiblemente extranjero, para que la colonización se produzca hasta en el plano formal. Otra vez se debe recordar que grandes pulpos como el de Ted Turner tienen un interés especial por controlar este negocio.


Es todo un golpe de timón en la organización internacional del fútbol a partir de la irrupción del imperialismo norteamericano en este negocio. Esa irrupción fue la que provocó la detención de medio comité ejecutivo de la Fifa y la que en estos días produce este realineamiento en la Argentina. Ahora, el fútbol argentino también se dirigirá desde muchos miles de kilómetros de aquí.


Conviene recordar que, además de la veintena de entidades poderosas que jugarán la Superliga, la AFA tiene afiliados en todo el país más de 4 mil clubes. Sobre todo en el interior y en las barriadas, esos clubes aún cumplen una función progresiva de vínculos sociales entre vecinos y un lugar de esparcimiento deportivo para los jóvenes. Con esto, esa función se extinguirá. Como hemos dicho en números anteriores, el “semillero” del fútbol argentino deja su lugar a una incubadora. En ese esquema, aquellos clubes quedarán ahogados en sus propias deudas y terminarán en manos de empresarios o simplemente desaparecerán. Estamos además ante un paso decidido en la transición hacia un sistema de sociedades anónimas como el que rige en la mayor parte de Europa.


Es una nueva expoliación al pueblo trabajador.