Un marzo de luchas


Nada ha retratado mejor al gobierno “Cambiemos” que su decisión de impulsar un operativo rompehuelgas contra el reclamo nacional de los docentes. Los mismos que rechazan pagarle a los maestros un salario inicial que llegue a la línea de pobreza –hoy en los 15.000 pesos- no han vacilado en gastar recursos millonarios para orquestar una provocación a gran escala contra la huelga docente. La oferta “espontánea” de voluntarios para suplantar a los huelguistas ha sido comandada por un ex oficial de inteligencia de la dictadura, y replicada por un ejército de twitteadores pagos en un call center gubernamental. Las prioridades oficiales están claras: al empeñarse contra el reclamo docente, el gobierno le envía una clara señal a la Asociación de Bancos, a la UIA y a los fondos especulativos. Macri todavía debe probar si es capaz de cumplir con el mandato capitalista de flexibilizar a los trabajadores, ajustar a la baja los salarios privados y públicos y asegurar que el presupuesto público solvente la gran operación de reendeudamiento y fuga de capitales que está en marcha. La participación descarada de ex servicios de la dictadura en esta operación antiobrera explica otra de las campañas oficiales –la que busca la “reconciliación” con los genocidas de la dictadura. Es que Macri ya los está empleando para sus provocaciones contra los trabajadores.


En su supuesta “nueva” oferta a los docentes, el gobierno casi no ha movido el amperímetro del miserable 18%, después de un año donde la inflación fue del 41%. Es evidente que va al choque contra la huelga, y está destinando todos los recursos para ello. Para ello, quiere explotar la inconsecuencia de la dirección kirchnerista de Ctera, que ya se ha bajado del reclamo inicial del 35% de aumento.  


 


La marcha del 7


 


En el segundo día de paro docente, tendrá lugar la marcha convocada por la CGT. En el telón de fondo de esta marcha, el conflicto de los maestros es uno de sus componentes. Pero también está la enorme lucha de AGR Clarín, con sus cuarenta días de ocupación de fábrica, y todo el reguero de despidos y suspensiones planteado por la crisis industrial: a los cierres de Banghó, Alpargatas San Luis y Sierra Grande, se ha sumado en las últimas horas el de las plantas de Atanor en Baradero y Río Tercero. De cara a este escenario, y si la burocracia ha echado mano de una marcha, es sólo para dilatar indefinidamente la convocatoria a un paro nacional contra los despidos y en defensa de las paritarias. Para su marcha, la CGT levanta la bandera de la “defensa de la industria nacional”, o sea, un frente común de obreros y patrones industriales. Pero el apoyo de la burocracia a los reclamos empresarios contra la importación o el atraso cambiario no ha significado que las patronales detengan ni por un segundo la ofensiva de despidos y suspensiones. Los supuestos defensores de la industria, por otra parte, no tienen empacho en convertirse en importadores después de despedir a sus planteles. Para las empresas, la supuesta defensa del “trabajo argentino” es sólo un elemento de extorsión contra las condiciones salariales o laborales. La burocracia lo sabe muy bien: pero se cuelga del reclamo patronal para no luchar por los urgentes reclamos por el salario y contra los despidos.


 


A despecho de esta orientación de las burocracias, la marcha será un escenario de la caldera social que se va incubando en la Argentina, comenzando naturalmente por los propios docentes.


 


…Y el 8 de marzo


 


Sólo un día después, tendrá lugar la movilización por el día internacional de la mujer trabajadora, en el marco del paro internacional de mujeres que ha sido convocado en esta oportunidad. La Argentina asistirá, de este modo, a una brutal paradoja: el movimiento de mujeres se empeñará en el paro que las cúpulas sindicales no quieren llevar adelante. Algunos dirán que los “objetivos son otros” (en este caso, el de la violencia de género y otros reclamos).


 


Pero ¿de verdad son otros? La escalada de violencia contra la mujer tiene lugar en un marco social definido –el del sobretrabajo de algunos y la desocupación de muchos otros; el de la descomposición de un Estado asociado a las mafias capitalistas que se sirven de la mujer para las redes de trata o el trabajo esclavo. La convocatoria a un paro –el método propio de los trabajadores- expresa una unidad entre la lucha de la mujer y la clase obrera, que es necesario hacer consciente a través de una acción política entre los trabajadores y en el movimiento de la mujer.  La burocracia sindical, en su abrumadora mayoría, le ha dado un apoyo ritual a la jornada del 8, pero sin comprometerse con el paro. No quieren fisuras en la tregua indefinida que le han otorgado al gobierno.


 


La oposición de los Massa, Stolbizer o el kirchnerismo apenas ha asomado la cabeza frente al operativo rompehuelgas contra los maestros y, en general, frente al escenario de luchas que se despliega en marzo. En el caso del kirchnerismo, su principal preocupación es ser cobijado –de Cristina Kirchner para abajo- en las listas del pejota bonaerense, cuyos punteros municipales conspiran junto a Vidal contra los maestros. Estos vínculos políticos marcan las limitaciones insuperables de Roberto Baradel y los suyos a la hora de una lucha consecuente contra Vidal.


 


Nuestra política


 


Debajo de la losa burocrática, las jornadas del 6, 7 y 8 van a expresar las poderosas tendencias de lucha que pugnan por abrirse paso entre los trabajadores. Nuestra política es desarrollar a fondo esa tendencia, con un programa y una política. Para triunfar, la lucha docente debe poner en juego recursos tanto o más potentes que los que reunió el gobierno para derrotarla: hay que preparar la huelga general docente, hasta la satisfacción de los reclamos planteados. El 7, promovemos la concurrencia en la gran columna independiente que encabezará los compañeros de AGR Clarín, bajo el planteo de paro activo ya!; en pos de ello, promoveremos asambleas y ceses de actividades en los lugares de trabajo, abriendo la ruta del paro que la burocracia no quiere convocar; del mismo modo, llamamos a hacer del 8 de marzo una jornada de lucha integral, con paros, asambleas y manifestaciones, que unan las reivindicaciones de la mujer al conjunto de la agenda de lucha del momento. En este marzo de luchas, tenemos que colocar a la clase obrera como un factor político activo en la lucha contra el ajuste y por una salida de los trabajadores.


 


 


Foto: Bernardo Cornejo