Políticas

20/10/1994|430

Un negocio criminal

La burocracia cegetista y las patronales están ultimando los detalles de la nueva ley de accidentes de trabajo; se trata de una calamidad para los trabajadores, porque elimina la indemnización, al establecer que en caso de invalidez o muerte  por accidente laboral, el trabajador (o su familia)  sólo recibirá  la pensión previsional de invalidez (o viudez).


El proyecto elimina incluso las llamadas enfermedades-accidente, que son las que se producen como consecuencia de la falta de normas de seguridad e higiene en los lugares de trabajo y que pueden determinar sorderas, pérdidas de visión, etc. A su vez, determina que van a ser reglamentadas las enfermedades profesionales, lo que significa que serán restringidas al máximo.


El proyecto elimina toda responsabilidad laboral y civil de las patronales por los accidentes que se produzcan en los lugares de trabajo, incluso si fuesen  por la falta de  normas de seguridad e higiene o por elevados ritmos de trabajo.


Este proyecto tiene claras connotaciones criminales, ya que reduce casi a cero las penas económicas y civiles de las patronales. Si hasta ahora, con el pago de indemnizaciones y con responsabilidad civil, había  300.000 accidentes de trabajo por año, de aquí en más esta cifra puede irse a las nubes, porque le resultará más barato a las patronales el accidente de un trabajador  que las inversiones que podrían evitarlo.


ART


Este proyecto se implementaría a través de las llamadas Administradoras de Riesgos de Trabajo ( ART), que reemplazarán a las  compañías de seguro en la contratación de las pólizas. Como sucede con las AFJP, los sindicatos, los bancos y grupos económicos podrán formar las ART. Esto, que disgusta obviamente a las compañías de seguros, provoca la euforia de la burocracia sindical y de los bancos.


A diferencia de lo que sucede ahora, en que el seguro es optativo, todas las patronales estarán obligadas a contraerlo en las ART. Aquí es donde se produce la primera divergencia entre la burocracia sindical y la Unión Industrial, ya que las patronales pretenden mantener la opción o la posibilidad del autoseguro. Los Macri, Pérez Companc o Techint quieren tener  el negocio de esta póliza para sí, sin tener la necesidad de compartirlo o entregarlo a otros.  Por medio del autoseguro  pretenden también fijar ellos las normas de seguridad e higiene, sin tener que rendir cuentas a nadie, y menos a  las ART.


La burocracia, en cambio, quiere que el seguro sea obligatorio y que además se encuentre estipulado en los convenios de trabajo, para asegurar la póliza para sus respectivos gremios, al estilo de las actuales obras sociales. Según la Unión Industrial, “los sindicatos quieren formar compañías de seguros que monopolicen los aseguramientos del sector, vía convenios colectivos de trabajo” (La Nación, 7/10/94).


Al eliminar las indemnizaciones y las enfermedades-accidente y al limitar las enfermedades profesionales, la burguesía lograría el gran objetivo de “abaratar costos” en detrimento de la salud y de la vida de los trabajadores. Además, afianzaría a la jubilación privada, esto porque en caso de un accidente de trabajo mortal, por ejemplo, la familia del trabajador cobraría la pensión de viudez (49% del sueldo promedio de los últimos 5 años) a través de la ANSeS o de la AFJP, según donde haya estado afiliado el trabajador.  En ese caso, la ART le giraría a la ANSeS o a la AFJP los fondos para que éstos puedan pagar esa pensión.


Automáticamente, entonces, las invalideces y muertes por accidentes de trabajo, que hoy cubre el régimen previsional, quedarán absorbidos por las ART. Con esta medida, las AFJP podrán bajar una parte del costo del seguro, que hoy es del 20% del aporte, y “enganchar” a más trabajadores a las AFJP con el argumento de que ahora la capitalización del aporte podría ser mayor, porque se reduce la comisión total de las AFJP. Esa baja sería transitoria, para captar afiliados, y luego volverá a subir una vez que las AFJP monopolicen el sistema. El trabajador “pagará” con mayores ritmos de trabajo y con su vida, toda este sumatoria de atropellos.


La consecuencia de este engendro será un florecimiento de los accidentes, una intensificacion de los ritmos de trabajo y la flexibilidad a ultranza, que es el objetivo fundamental de los explotadores.


Abajo la ley


Lo que los trabajadores deben comprender es que están en juego la intensificación de  los ritmos de trabajo, la seguridad laboral y su propia vida.  Por eso, el Partido Obrero plantea luchar contra este engendro criminal, planteando como primer punto la elevación de la indemnización por accidente de trabajo y la responsabilidad civil de las patronales, de manera de obligarlas a respetar las normas de prevención, higiene y seguridad laboral.


Al mismo tiempo, planteamos la formación de comités obreros que tomen a su cargo el control de los ritmos de trabajo y las normas de seguridad en las fábricas, para evitar que ocurran los accidentes y obligar a las patronales a que metan plata en seguridad en el trabajo.


Finalmente, todo el sistema de seguridad debe estar a cargo del Estado, financiado con un impuesto especial a los capitalistas.