Políticas

21/5/2015|1364

Un nuevo turno para el viejo régimen


Urtubey se impuso con un 51%, 3 más que en las Paso, 8 puntos por debajo de su elección en 2011. Se apoyó en unas siete colectoras, desde Libres del Sur, que volvió al gobierno con la excusa de que había que evitar la vuelta de Romero, hasta los ex-romeristas del Frente Salteño que llevaron como candidato al cura Crespo; y el Partido de la Victoria, que sumó con el cantante de cumbia, David Leyva.


 


Romero perdió por más de 20 puntos. Asiste a un éxodo de dirigentes y candidatos hacia el oficialismo, que comenzó luego de las Paso, especialmente con algunas intendencias en el interior.


La elección salteña se caracterizó, por sobre todo, como un episodio de la disputa política nacional. La diferencia principal de estas elecciones con relación a las parlamentarias de 2013, es la recuperación del kirchnerismo, que parecía marchar a una bancarrota financiera que solamente ha dilatado. Urtubey gana en la provincia y también en la Capital, aunque pierde en la categoría a Intendente, esta vez ante el candidato de Massa, Sáenz, y ante un ascenso del macrismo, incluida potencialmente la UCR. Sáenz recibió el apoyo de una parte sustancial del PJ que está en el gobierno de la ciudad.


 


La UCR, financiada generosamente por Urtubey (al decir de numerosos periodistas) como una oposición “deseable” quedó tercera en la provincia, dos puntos por encima de nuestro partido. El centenario partido ha sido siempre una pata del régimen oligárquico, prestando ministros tanto al gobierno de Romero como al actual. Ahora se debate ante el dilema de ir con Macri o no en la elección nacional. En la campaña denunció que el PO”propone una revolución que nunca llega”.


 


Pasada la elección, radicales, macristas y massistas, con el derrotado Romero a la cabeza, se pronunciaron rápidamente por la necesidad de un frente opositor unificado. Si esto no ocurre, Sáenz se prestará a los cantos de sirena de Urtubey.


Nos consolidamos


 


Si se tiene en cuenta la serie histórica de las elecciones ejecutivas desde la fundación del PO en Salta, esta es la mejor elección para cargos ejecutivos y la mejor para cargos legislativos en una elección ejecutiva. Triplicamos la votación a gobernador obtenida en 2011, al igual que para la intendencia de la ciudad de Salta, donde pasamos de menos de un 4% en 2011 al 12,5% en esta elección, ocupando el tercer lugar.


 


Sumamos un diputado más a la bancada de cuatro, con lo que pasamos a tener el mayor bloque de diputados -cinco integrantes-, desde siempre. A esto hay que sumarle la presencia de la compañera Gabriela Cerrano en el Senado.


 


Ingresamos por primera vez al concejo deliberante de El Bordo con el 15% de votos, como producto de la lucha contra el régimen del patrón de estancia oficialista Mazzone.


Hemos conquistado una convencional constituyente en el municipio de Aguaray. Las conquistas parlamentarias se completan con tres concejales en Salta Capital y uno en Orán, donde las votaciones para senador y diputados fueron más del 8% y en el caso de Yrigoyen, pueblo de los obreros del Ingenio Tabacal, del 14,5% para diputados.


 


Sin embargo, no pudimos defender varias bancadas del interior. En el caso de San Lorenzo nos faltaron solo 40 votos para retener la banca y en Tartagal quedamos a décimas debajo del piso proscriptivo del 5% para acceder al cargo.


 


 


 


Retroceso en la capital


 


La caída que sufrimos desde 2013, en donde salimos primeros con el 29% a concejales, está relacionada con la recuperación del kirchnerismo y el ascenso del romerista-massista Sáenz, que le permitió ganar la intendencia. Los partidos patronales unificaron un discurso provocador contra nuestra representación en el concejo. Al respecto, dijimos en un boletín partidario posterior a las Paso, que la burguesía, y a la rastra de ella, las sectas de izquierda, concentraron su ataque sobre nuestra bancada en el Concejo. Es que desde el triunfo en el 2013, y la conquista de los nueve concejales, allí se concentró una batalla estratégica.


 


Se instaló una crisis en el Concejo desde la misma instalación de la presidencia del cuerpo, que tuvo por jefe de campaña a Miguel Isa, el intendente, luego vice de Urtubey. Estableció un llamado “Pacto por Salta” que sólo el PO se negó a suscribir. Luego operó el veto contra las pocas ordenanzas que logramos sancionar y el bloque de todos contra el PO, que sumó 11 votos contra nuestros nueve concejales para bloquear la mayoría de nuestras iniciativas.


 


Esta reacción en bloque de la totalidad de las facciones burguesas ya la habíamos vivido con el intento de sanción a nuestra concejala de Orán, Josefa Cardozo, por denunciar el trabajo infantil en el ingenio o en los ataques en regla a nuestras bancadas de Colonia Santa Rosa e Yrigoyen. Se puso a prueba la conciencia que el propio Partido Obrero tiene de este enfrentamiento de alcance estratégico. Por eso nuestro partido se ha desarrollado como nunca antes, incluido 2013, en esta campaña electoral.


 


En las legislativas de 2013, todo el Frente de Izquierda asistía a un ascenso que nos permitió llegar al Congreso. En las elecciones recientes en Neuquén, Ciudad de Buenos Aires (Paso), Mendoza (Paso) retrocedemos respecto a 2013, pero superamos 2011. Sólo se registra un avance en diputados y gobernador de Santa Fe y en una de las elecciones de la capital de Mendoza, que es de todos modos un distrito pequeño (votaron poco más de 50 mil electores). En este balance de conjunto caracterizamos la consolidación del PO en Salta, con niveles muy altos de votación.


 


 


 


Desafíos


 


De las Paso a las generales, hemos mantenido nuestros votos a Intendente, a pesar que quedamos lejos de la polarización entre los dos primeros candidatos. Al contrario, hemos obtenido un voto compacto, del 12% promedio, completo en su mayoría, al Partido Obrero, en una elección caracterizada por los múltiples “cortes” o combinaciones de las más diversas en las distintas categorías. Dijimos en aquel Boletín Interno que no estamos ante la perspectiva de una conquista mecánica de votos después de las Paso, porque en 2013 estábamos en ascenso y ahora hay una contención de ese ascenso -aunque no en todos lados, porque es claro que hemos mejorado en Orán.


 


Desarrollamos una gran movilización política y dimos una batalla estratégica en toda la provincia. Nuestro “Manifiesto al pueblo de Salta” con 15 puntos para poner fin al Estado oligárquico y abrir paso a los reclamos populares, fue debatido en infinitas reuniones. Hemos instalado en la opinión pública, a través de numerosas entrevistas, el vaciamiento de la municipalidad a manos de un puñado de empresas parásitas con la complicidad del régimen de Isa y Urtubey. Hemos llevado a una gran cantidad de hogares nuestro planteo de uso del suelo priorizando el interés público contra los especuladores inmobiliarios. Hemos explicado que la causa de la inseguridad hay que buscarla en el entramado entre las fuerzas de seguridad, el poder político, el judicial y las redes de narcotráfico. Ese programa constituye un instrumento de acción y organización en toda la próxima etapa, en donde enfrentaremos, primero la batalla por las elecciones nacionales y de conjunto, las políticas de ajuste capitalista.


 


El debate que iniciaremos ahora es cómo afrontamos, desde esta consolidación política, las elecciones nacionales de agosto y octubre próximos. El año recién empieza.