¿Un resultado insólito en la Provincia de Buenos Aires?
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Capitán Sarmiento es un pequeño distrito de la Provincia de Buenos Aires, lindante con Arrecifes y San Antonio de Areco. Allí, en las elecciones a intendente y concejales, triunfó la lista del PH (Partido Humanista), con 2.903 votos (38,37%, 3 concejales) seguida por la del PJ con 2.582 votos (34,13%, también 3 concejales) y bastante más lejos la de la Alianza 846 (11,18%). ¿Cómo se explica la victoria de una corriente de izquierda que no llegó al 1% de los votos en la provincia?
Los candidatos que obtuvieron esta votación eran del Psa (Socialismo Auténtico). El PH aceptó darles la lista ante la ausencia de personería provincial de su propio partido. Pero el Psa es una corriente que obtuvo aún menos votos que el PH y tampoco registra votaciones significativas anteriores en el distrito. ¿Cuál es la explicación, entonces? Es que estos flamantes concejales fueron los dirigentes de la lucha por la renuncia del intendente del PJ (varias veces reelecto) y en defensa del hospital público de la zona. También obtuvieron el apoyo de una fracción reconocida de disidentes del PJ, que habían hecho suyo el reclamo por el relevo del intendente justicialista.
En una localidad pequeña (los votos positivos no llegan a 10.000), los liderazgos trascienden con mayor facilidad. De cualquier modo, la victoria electoral en Capitán Sarmiento plantea un interrogante: ¿por qué en Capitán Sarmiento sí y en otras localidades del interior de la Provincia de Buenos Aires no? La combinación de circunstancias que ha tenido este desenlace electoral en Capitán Sarmiento están presentes en Mercedes, Marcos Paz, Olavarría, General Rodríguez o Pehuajó.
En cada uno de estos lugares tenemos grandes fábricas sin organización (Dupont, 600 trabajadores en Mercedes; Loma Negra, otro tanto en Olavarría; La Serenísima, miles en General Rodríguez), grandes organizaciones sindicales sin timón; una crisis en el medio rural, la esclavización o el desempleo del peón rural, una desocupación creciente.
Capitán Sarmiento es una muestra pequeña de los violentos desplazamientos políticos que puede producir una situación en la que la clase capitalista y sus elencos de gobierno no tienen nada para ofrecer a los trabajadores.