Políticas

19/2/2009|1072

Un verdadero movimiento popular

Más de 2.000 personas colapsaron el centro porteño para llegar a las puertas del Ente Regulador de la Energía (Enre), el pasado miércoles 11 de febrero. Los unía un solo reclamo: la derogación del tarifazo eléctrico. El genuino movimiento popular puso en jaque toda la ingeniería preparada por Mauricio Macri para presentar ante los medios su flamante sociedad con De Narváez y Solá.

A pesar del esfuerzo desplegado por los punteros y las patotas (Curto, Cariglino) en los barrios -y por la “oposición”- el movimiento contra el tarifazo mantiene su impronta combativa. La mayoría de los distritos del GBA estaban representados en la movilización, y el conjunto de los oradores plantó la necesidad de mantener la movilización contra este brutal ataque al bolsillo del pueblo. Una asamblea coordinadora posterior votó profundizar el plan de lucha con una marcha a la Plaza de Mayo.

Numerosas organizaciones políticas y sociales participaron del acto que se convirtió, bien pronto, en asamblea pública. Junto a las organizaciones aparecieron los “jetones” de siempre: los funcionarios y políticos de carrera que no han abierto la boca en contra del tarifazo (es decir que lo avalaron) pero que, ante la masividad de la concentración, no pudieron resistir la tentación. ¡Si hasta los asambleístas de Tigre tuvimos que oír una adhesión de Acción Comunal al movimiento contra el tarifazo! Este partido, del fallecido Ricardo Ubieto, ha sido bombero del kirchnerismo en la imposición del aumento.

De cualquier manera, como en todo movimiento popular, diferentes tendencias surcan al movimiento antitarifazo. Los reclamos de “audiencias públicas” para tratar los aumentos o el pedido del concurso público para designar directores en los distintos entes regulatorios deben ser un toque de atención. ¿Los aumentos serían más “justos” si los decide una audiencia pública? ¿El Enre se posicionaría del lado de los usuarios en este debate si su presidente es elegido por concurso y no a dedo?

Esas demandas son relativamente válidas si primero se anula el aumento de tarifas por tiempo indefinido. Lo que más importa es el control obrero y popular. La movilización asentada en asambleas barriales cada vez más robustas es el camino a seguir.

Luis Antón