Políticas

11/7/1995|455

Una ‘cama’ de Cavallo y el pago de la deuda externa

Solamente después del desenlace de la crisis en Córdoba, el que fuera ministro de economía de Angeloz decidió “sincerarse”. Fue así que Jorge Caminotti le dijo a la Voz del Interior (9/7) que “uno de los principales errores cometidos por su gestión fue haber elegido como estrategia para enfrentar la crisis, el cumplimiento de los compromisos externos asumidos por los bancos”. Los “bancos” son el Social y el de Córdoba.


¿Por qué no reprodujeron estas declaraciones los principales diarios del país, si estuvieron todo el tiempo reclamando una “autocrítica” a Angeloz? Porque no son esta clase de “autocríticas”, las que les interesan. Ahora está confirmado que los trabajadores de Córdoba dejaron de cobrar en beneficio exclusivo de los usureros internacionales.


Caminotti no aclara cuánta plata mandó al exterior, pero es obvio que supera los 150 millones que luego Angeloz anduvo mangueando sin suerte. De acuerdo con otra información, el gobierno de Córdoba entregó, en plena crisis, 323 millones de pesos para hacer frente a la corrida que afectó a esos bancos, de los cuales el Estado provincial es garante. Aquí tenemos el motivo fundamental de la bancarrota estatal que determinó el incumplimiento con el pago de los salarios vencidos. Dicho con las palabras de Caminotti, “la Provincia quedó ‘a cero’ con sus acreedores externos, pero cobijando un problema político-social de envergadura…”. Vaya si lo era, que le costó la cabeza a Angeloz.


Jorge Caminotti, sin embargo, cuenta también otro aspecto de esta historia, pues dice que Cavallo le había ofrecido 200 millones de dólares para fusionar a los dos bancos mencionados y que, por lo tanto, él prefirió pagar la deuda externa bancaria para no “frustrar” ese apoyo. El gobierno de Angeloz, en efecto, dictó una ley de fusión, pero luego Cavallo le hizo un corte de manga. La “cama” de Cavallo, revela la falta de escrúpulos que éste tiene cuando se trata de defender a los usureros internacionales, y es el equivalente político de un golpe de estado.