Políticas

9/9/2021

Editorial

Una gran campaña del Frente de Izquierda Unidad

Para golpear al ajuste y los privilegios, vamos con la lista 1A.

Willy Morea, Ojo Obrero Fotografía

En las vísperas de las Paso, la campaña electoral del Frente de Izquierda Unidad tiene un enorme despliegue. Lo que muchos medios le achacaron a una falsa abundancia de recursos es en realidad una enorme campaña militante. Desde el Frente de Artistas, que aportó los spots de Okupas y Emuladores, explicaron que la colaboración militante de los actores y realizadores con los spots realizados por el Ojo Obrero responde al rol que la izquierda tuvo en la organización de los artistas bajo la pandemia, por todos sus reclamos. En las barriadas, ha quedado claro el rol político del movimiento piquetero y particularmente del Polo Obrero, central para que la izquierda le dispute el apoyo político al peronismo.

Las amenazas a nuestros compañeros en Longchamps muestran la hostilidad de los punteros del PJ contra este fenómeno. Los 10.000 compañeros y compañeras de 100 barrios de La Matanza que se movilizaron por todos los reclamos que los candidatos del FIT-U se comprometieron a impulsar, fue otra demostración en este sentido. Los actos masivos en cada distrito del conurbano y en el interior provincial, como los actos de más de mil personas en Mar del Plata o San Nicolás, testimonian un reagrupamiento militante sin precedentes en la historia del PO y, desde luego, del Frente de Izquierda. Gran parte de esos participantes se volcaron en cada localidad y provincia del país a un casa por casa en los barrios. La campaña en puerta de fábrica ha sido una constante en la Provincia de Buenos Aires y las zonas industriales de todo el país: Siderar, Guidi, Fate, Pirelli, Bridgestone, Papelera Berazategui, Celulosa en el cordón de Rosario, Acindar en Villa Constitución, las automotrices y neumáticas cordobesas, las gráficas bonaerenses, Astillero Río Santiago y así por decenas.

La masividad de la campaña se extiende al interior del país. En Córdoba se produjo el que fue probablemente el acto político más masivo de la campaña electoral en todo el país, en apoyo a la lista Obrera y Popular, del Partido Obrero en el FIT-U, que pelea voto a voto el apoyo en las barriadas más explotadas de la ciudad, en un esfuerzo militante y de lucha política gigantesco y cuyos resultados habrá que comprobar el próximo domingo. En San Juan, cientos de compañeros coparon el acto de cierre de campaña de nuestra lista. En la Capital, la militancia de nuestra lista pelea el voto en favor de la izquierda entre los 360.000 migrantes que concurrirán, en gran medida, por primera vez a votar. Todo este esfuerzo va a culminar en una extraordinaria movilización de unos 20.000 fiscales aportados por el Partido y el Polo Obrero

El cuadro político de la campaña

La campaña finaliza en un cuadro de derechización. La agenda de la burguesía fue ganando terreno. La ofensiva por la reforma laboral y la eliminación de las indemnizaciones que levanta la Unión Industrial la está defendiendo abiertamente Larreta, además de Randazzo y su acompañante la vice de la UIA. El fenómeno disruptivo de la campaña, Milei, quien levanta un programa de eliminación de todos los derechos laborales y ajuste a fondo del gasto público para bajar impuestos, fue instalado cuidadosamente durante años: fue el economista más consultado entre 2018 y 2019 por canales de radio y TV. El descontento que explota Milei por derecha tiene como premisa el fracaso tanto del nacionalismo trucho del gobierno nacional como de Juntos por el Cambio en resolver cualquiera de los problemas sociales y políticos del país. Milei denuncia que la intervención estatal ha fracasado para resolver los asuntos más angustiantes de las masas y hasta los ha agravado, pero omite que esta intervención estatal es un intento de rescate a las crisis que genera el propio régimen capitalista.

El gobierno forma parte de este cuadro de derechización. Su desorientación aparente, sus yerros políticos y sus escándalos auto generados encubren un rumbo muy preciso: la agenda del pacto con el FMI y un pacto con la oposición de derecha, que incluye un mayor ajuste y reforzamiento de todo el rumbo anti popular, en un cuadro que ya es de enorme miseria social. Por eso su candidato en capital critica (por derecha) la fracasada Ley de Alquileres en nombre del libre mercado de los especuladores inmobiliarios, o reivindica el uso de las pistolas Taser. Por eso discuten las reformas a la baja de los convenios en las mesas sectoriales de Matías Kulfas, mantienen las jubilaciones de miseria y sostienen seca la canilla de la obra pública en función del plan de ajuste. Mientras la izquierda combate política e ideológicamente a los liberal-fascistas de Milei el peronismo y Juntos se adaptan a sus planteos.

No debe sorprender que esta tendencia a la derecha alimente un festival de aumento de la cotización de acciones en la bolsa de valores, explotando además los bajos precios actuales y la liquidez internacional. La burguesía apuesta a que el acuerdo con el fondo permita avanzar en nuevos negociados y profundizar los golpes a los trabajadores, y cuenta con el voto a Juntos, Espert, Milei y Randazzo para colocar su agenda en el Congreso, mientras apuesta que el gobierno con la CGT y el triunvirato piquetero, los intendentes y gobernadores le mantengan a raya las reacciones obreras y populares. Cada uno, su tarea.

La limitada reactivación industrial se basa en salarios de miseria, tarifas congeladas, y un dólar planchado en un cuadro inflacionario. Estos dos últimos puntos conducen a acentuar la bancarrota, poniendo en agenda un tarifazo y una devaluación luego de las elecciones.

La campaña electoral y la lucha de clases

Está claro que un factor importante en este cuadro electoral es la relativa debilidad de las luchas obreras y populares, con excepción del movimiento piquetero que se movilizó con fuerza en jornadas nacionales masivas contra el hambre, especialmente la jornada multitudinaria del 18 de agosto ya en plena campaña electoral. La burocracia sindical fue clave en la contención, así como también el triunvirato San Cayetano integrado al gobierno. La reapertura de las paritarias no llega a la inflación, y el consumo está casi un 20% por debajo de 2017 y 2018 sin que a la burocracia se le mueva un dedo.

La ausencia de la clase obrera como tal del cuadro electoral le dio aire al gobierno y la oposición para avanzar en posiciones abiertamente antipopulares. La lucha por poner en pie al movimiento obrero superando a la burocracia sindical, con asambleas en los lugares de trabajo que discutan un pliego de reivindicaciones, por un salario igual a la canasta familiar, por la reincoporación de los despedidos y el pase a planta de los precarizados, es una gran tarea de la etapa.

Una contrapartida de este cuadro general puede verse en las provincias donde el movimiento obrero y popular ha pesado con fuerza. En Salta, la gran huelga docente puso contra las cuerdas al gobierno de Sáenz, forzando a discutir la miseria salarial y el ataque de ajuste contra la educación pública en la campaña electoral. El gobierno salió golpeado de la elección provincial. En Neuquén, la gran huelga de los “elefantes” del sistema de salud colocó con fuerza el reclamo salarial y contra el ajuste en la salud. Desde luego otros puntos de ruptura en el movimiento obrero como la excepcional paritaria del Sutna del 50%, en base a la unidad y movilización del gremio, la mayor del movimiento obrero industrial, se reflejará en la vanguardia obrera del sector también.

En Chubut o Catamarca, las movilizaciones ambientales pusieron en agenda el reclamo contra la mega minería y la destrucción del ambiente. En todas estas provincias, apostamos a  canalizar las luchas populares en un fuerte voto a la izquierda, para pelear por todos los reclamos y poner en pie una alternativa de las y los trabajadores.  Somos la izquierda que apoyó con todo la marcha ambiental por los humedales y estuvo en primera línea de las movidas ambientales de masas en Mendoza, Chubut o los movimientos en Córdoba y Catamarca. Y en primera línea en la lucha de las mujeres ante cada agravio, como lo estuvimos en la lucha por el aborto legal que hoy se continúa en la ESI y la separación de la Iglesia y el Estado.

El valor del voto al FIT-U

Así las cosas, el valor del voto al FIT-U es enorme. Es la única fuerza que va a estas elecciones a reivindicar las grandes causas obreras y populares. Es la izquierda la que plantea un salario igual a la canasta familiar, que no puede ser inferior a 100.000 pesos, cuando todos los candidatos del régimen acompañan la ofensiva patronal contra los salarios. Es la izquierda la que va a ir a defender el blanqueo por convenio y el pase a planta de los precarizados, cuando todas las fuerzas  patronales van a plantear rebajar a los trabajadores en blanco a la condición de los actuales precarizados, eliminando las indemnizaciones y destruyendo los convenios. Es la izquierda que cuestiona la ligazón del Estado con el clero y otras variantes oscurantistas mientras todos los bloques patronales dependen de la Iglesia para contener socialmente un cuadro de avance de la miseria social. Solamente la izquierda va a enfrentar la mega minería o los desmontes, una política de Estado de todas las fuerzas patronales del país.

La campaña, por último, ha ratificado el acierto político de colocar el centro en la denuncia del ajuste, que de la mano del Fondo Monetario es la gran agenda de todos los bloques patronales. Y la denuncia del régimen que nos gobernó las últimas décadas, en un cuadro en el cual las grietas encubren un rumbo común, antipopular, de entrega nacional y de empobrecimiento generalizado. La consigna de ser “tercera fuerza” propuesta por el PTS, no fue útil para explotar este descontento en favor del voto a la izquierda, presentando una perspectiva confusa, que inclusive llegó a confundirse con la voluntad de integrar a la izquierda como una pata del régimen político.

En la campaña, desarrollamos un programa y planteos para empalmar con esta bronca popular, colocando el voto al Frente de Izquierda como el voto que le duele a los dueños del poder. Mientras el voto a la izquierda refuerza esta perspectiva de lucha, el votoblanquismo favorece a los que vienen gobernando en favor de los intereses de la minoría de banqueros y el gran capital que lucra a costa de la miseria social.

En relación al objetivo de desarrollar a la izquierda como una alternativa para reforzar las luchas en curso, las listas divisionistas juegan en favor de atomizar y atentan contra el esfuerzo común, de frente único para que la izquierda emerja con fuerza como una alternativa. El mismo papel negativo tuvo la campaña del MST cuestionando los fundamentos del programa del Frente de Izquierda Unidad que ellos han suscrito, en favor de una difusa “ampliación” del frente que solo podría ser hacia la centroizquierda del régimen de la que ellos vienen.

Concentrar el voto en la lista 1A, del FIT-U, la lista unitaria de los partidos fundadores del Frente de Izquierda y de los Trabajadores, la que lleva a cientos de compañeros y compañeras que día a día enfrentan los atropellos y defienden los reclamos de la clase trabajadora en todo el país, de aquí al domingo, es la tarea fundamental.