Políticas

12/7/2007|1000

Una guerra de mafias detrás de la crisis energética

A medida que pasan los días va quedando claro que el “colapso energético” es la pantalla de una guerra de camarillas capitalistas. Los funcionarios del gobierno son peones de esta guerra de pulpos.


La versión de que la escasez de gas se debía solamente a un “cuello de botella” en el sistema de gasoductos ha quedado definitivamente superada. El Estado ha reconocido que los “caños” tienen capacidad disponible: el gas no fluye, sencillamente, porque los pulpos petroleros no lo inyectan desde los yacimientos. De cara a este boicot declarado, el gobierno ha tomado una medida increíble: delegó el “abastecimiento”… en manos de los “desabastecedores” —un “comité de emergencia energética” integrado por los directivos de las principales empresas gasíferas y eléctricas. En cuanto al secretario de Energía, Daniel Cameron, manifestó que “sólo se superará la crisis con un aumento de tarifas y un racionamiento del consumo domiciliario” (La Nación, 9/7), o sea, lo mismo que “piensan” los pulpos.


Cameron es “numero puesto” para reemplazar a De Vido, en un gabinete de “Cristina”.


El gurka Moreno, sin embargo, se enfrentó con Cameron y el comité de emergencia, cuando éste dispuso que la distribuidora Metrogas redujera la provisión de gas a un conjunto de usuarios industriales. Moreno, según los diarios, le “impuso” al pulpo Metrogas —controlado por Repsol-YPF y por la British Gas— la remoción del director general y la marcha atrás con los recortes programados. Los directores que representan a Repsol apoyaron el reclamo de Moreno.


Según La Nación, “funcionó a la perfección la alianza que la conducción española de Repsol está ensayando con el gobierno argentino” (ídem), dentro de la operación de “argentinización” del 25% de Repsol, que le dará al pulpo español dinero fresco para invertir en otras latitudes. El gobierno estaría presionando también al pulpo británico para “argentinizar” Metrogas con los montos demandados ante el tribunal del Banco Mundial por British como resarcimiento por incumplimiento de contrato después de la pesificación. Después de la acción de Moreno, Repsol hizo “aparecer” el gas en Metrogas y días más tarde accedió a proveerle nafta barata a los taxistas que no tienen GNC, también por pedido del gobierno.


Pero la reprivatización de Repsol-YPF que fogonean los De Vido y Moreno no podrá financiarse sin garantías claras en materia de aumento de tarifas y de concesiones leoninas, como las de Pan American en Chubut y Santa Cruz.


El gas se bombea, o se deja de bombear, en función de esta guerra de mafias capitalistas. El pueblo paga esta disputa con suspensiones laborales, cortes de luz y de gas.


En oposición al entreguismo en todas sus vertientes, planteamos: no a los tarifazos, nacionalización del petróleo y de todas las fuentes energéticas sin indemnización. Por una auditoría obrera independiente de las reservas y actuales yacimientos en operación. Rescisión de las concesiones y confiscación de todos los que desabastecen.