Políticas

16/9/2004|868

Una mayor sangría nacional

Informa Clarín: “El gobierno se pelea con el FMI, pero hace cada vez más esfuerzos fiscales” (11/9).


¿Para qué?


Para pagar a los usureros inter nacionales, obvio.


Es lo que el FMI está esperando del Congreso cuando discuta el pre supuesto.


Las relaciones con el FMI, entonces, no están ‘suspendidas’, concluye con lógica Clarín.


Ese ‘esfuerzo fiscal’ será, según el diario, de un 4% del PBI.


Es decir, de 5.600 millones de dólares, o sea de 17.000 millones de pesos.


Pero hay otro ‘punto’ más del PBI en concepto de aportes a las AFJP.


Es decir que el ‘esfuerzo’ (¿de quién? ¿del gobierno o de los trabajadores?) será de 7.000 millones de dólares o 21.000 millones de pesos.


“En sólo tres años el ahorro que el país destina al pago de su deuda aumentó un 60%”.


Pero esto puede ser aún más, de pendiendo de la tasa de inflación o de la revaluación que tiene el peso.


El gobierno y el FMI hablan de porcentajes para ocultar el dinero exacto que está en juego.


Pero todavía puede ser bastante más que eso, porque el documento que Lavagna acaba de enviar a la Comisión de Valores de Wall Street, para realizar el canje de la deuda, dice que “existe una ‘decisión política’ de avanzar en la salida del default” (Clarín, 10/9).


Si la plata no alcanza se producirá un nuevo endeudamiento para pagar a los usureros.


Pero incluso esto no es todo, por que los pulpos privados tienen una deuda externa de 40.000 millones


de dólares que pretenden que paguemos con un tarifazo.


Por eso se agudizó la pelea De Vido-Lavagna, que va a terminar en una crisis política general.


El Partido Obrero plantea: luchemos contra esta sangría nacional.


Se pagará a expensas de salarios, educación, salud, vivienda y soberanía nacional.


Romper con el FMI, por un salario mínimo de 800 pesos y la triplicación de todos los gastos sociales.


La ‘burguesía nacional’ está haciendo su propio gran negociado con la deuda externa.


Los bancos reciben depósitos del superávit estatal, que pagan al 2% anual, y lo colocan en títulos del mismo Estado, que rinden más de un 10% al año (La Nación, 11/9).


La famosa bicicleta financiera.


Es así como Kirchner está ‘reconstruyendo’ a la patronal.


En palabras de Prat Gay, presidente del Banco Central, a un diario inglés: "Un superávit fiscal bien por encima de las expectativas ha mejorado la credibilidad de los bonos del Estado que se encuentran en poder de la mayor parte de los bancos; junto a las tasas más bajas de interés que se tenga memoria, ha sido una saludable base para un viraje del sistema financiero” (Financial Times, 13/9).


Esto es lo que La Nación, en un editorial, llamó “una sana política” (6/9).


¿Podemos decir lo mismo los trabajadores?


Fuera el FMI, no al presupuesto diseñado por los banqueros de afuera y de adentro.


No a este gobierno impostor.


Por una alternativa obrera y socialista.