Políticas

20/1/1993|381

Una operación de engaño

Al cierre de esta edición, los bloques de H diputados de la UCR, del centroizquierda  y de un sector del PJ (González Gaviola) acordaron presentar un único proyecto “opositor” de reforma provisional. Sus autores lo califican de “alternativo” al oficialis­mo porque mantiene el actual sistema estatal. Pero al margen de esto, que como se verá es cosmético, los lineamientos esenciales del proyecto son un ataque en regla a los trabajadores y a los jubilados:


1) Eleva en 5 años la edad para jubilarse (de 60 a 65 años los hombres, de 55 a 60 años las mujeres —artículo 18) al tiempo que disminuye en 2 años la edad inicial del aporte previsional (desde los 16 años, en lugar de los 18). De este modo, un trabajador debería aportar siete años más, nada menos que durante 49 años —de los 16 a los 65 años— para tener tan sólo un beneficio de 6 años promedio, puesto que la expectativa de vida en Argentina, según los datos oficiales, es de 71 años.


Aportar durante 49 años para un benefi­cio promedio de 6 años es una confiscación del aporte obrero y de la jubilación. El proyecto “opositor” no se basa en ningún cálculo matemático o actuarial, porque es sabido que un aporte del 26% del salario (10% el trabajador, 16% la patronal) durante 49 años, debidamente capita­lizado, debería dar lugar a una jubilación, para un período de 6 años, por los menos 5 veces superior al sueldo. No es esto lo que plantea el proyecto porque al mismo tiempo,


2) Deroga el 82% móvil, que de acuerdo a la actual legislación se alcanza con 30 años de apor­tes y se calcula sobre el sueldo promedio de los 3 mejores años de los últimos 10. En su lugar, se plantea que la jubilación será igual al 2,2% del sueldo promedio de los últimos 10 años por año de aporte, hasta un máximo de 85%. Por lo tanto, un trabajador con 30 años de aportes, se jubila­ría a los 65 años con el 66%, y no con el 82%, de un sueldo promedio, además, inferior, y con un período de beneficio también menor.


Este sueldo promedio, según el proyecto, se determinará en base a índices de actualización elaborados por la Secretaría de Seguridad Social, lo cual, como es sabido, es “truchaje” puro. A los “opositores” ni se les ocurrió que la actualización salarial se base automáticamente en el índice de costo de vida. La jubilación, a su vez, dice el proyecto, se ajustará por un índice que elaborará la Secretaría de Seguridad Social en base a una “encuesta permanente” (artículo 40), lo cual se presta a todo tipo de manipulación y “truchaje”, cuando también debería ajustarse mensualmente por el índice de costo de vida.


Pero nuestros “opositores”, no contentos con aumentar la edad jubilatoria y los años de aportes, y rebajar las jubilaciones, plantean en el artículo 80 que en caso de que el gobierno abone jubilacio­nes inferiores a la que establece la ley, podrá cancelar semestralmente la diferencia con BONOS DE CONSOLIDACION DE LA DEU­DA PREVISIONAL, en plazos no superiores a los actuales (10 años). Esto es, el proyecto “opositor” no garantiza siquiera sus míseras jubilaciones porque admite que los gobiernos capitalistas puedan pagar los haberes como se les venga en ganas y cancelar la diferencia con BO­CON, es decir confiscando más de la mitad de la jubilación, y haciendo de los jubilados un botín del negocio bursátil. Los “opositores” han mama­do, como se ve, de la escuela de Cavallo.


3) los “opositores”, súper-estrictos en bajar jubilaciones y aumentar los aportes, son generosos con la patronal porque el proyecto admite, en su artículo 71, “las moratorias o planes de facili­dades de pago” por ley para los empleadores que no hubiesen depositado los aportes y contribucio­nes. Mientras compulsivamente se le otorgan fa­cultades a las patronales para descontar del sueldo el aporte obrero, se admite que los empleadores puedan utilizar para sí ese dinero obrero, lo cual es un delito. En lugar de detallar las sanciones legales correspondientes, los “opositores” legalizan el robo patronal con moratorias y facili­dades de pago.


Es sabido que la llamada crisis previsional se debe a la evasión pa­tronal, que es del 50%. En lugar de combatirla, se la legaliza y se baja la jubilación y se aumentan los años de aportes de manera que los números “cierren”. Si aun así, el sistema sigue en déficit, los “opositores” plantean que las jubilaciones se paguen con BOCON. Los opositores han supe­rado a Cavallo instaurando el BOCON PERMANENTE


Los “opositores” saben que ter­minar con la evasión es fácil. Bastaría con autorizar a las comisiones inter­nas, delegados y hasta a los propios trabajadores a controlar los libros de las empresas para verificar que se hayan efectuado los aportes patrona­les. Esto significa, abolir el secreto comercial y establecer el control obre­ro de la producción.


Esta síntesis del proyecto es una clara radiografía del proyecto “opo­sitor”. La jubilación privada no está prohibida por lo que se la admite como complementaria y optativa. Claro está que con esta perspectiva de miseria jubilatoria, lo que se pretende es que los trabajadores, además del 10% de aporte obligatorio, se vean forzados a contribuciones voluntarias en Cajas privadas, lo que significa un auto- achique del sueldo.


Este proyecto fue acordado por la oposición luego de que todos los blo­ques parlamentarios, incluido el del PJ, acordaron el 29 de diciembre pa­sado no votar el dictamen sobre el proyecto oficial en el Plenario de las Comisiones de Previsión y Hacienda. Como se recordará (ver PO N9 380), si ese día, como se había estipulado pre­viamente, se hubiese votado el dicta­men, el proyecto oficial habría sido derrotado por 26 a 17, algo que pu­sieron de relieve todos los diarios y que fue admitido por Juan Manuel Moure, de la UCR y Vicepresidente de la Comisión de Previsión —“ese día el radicalismo pudo haber derrotado al oficialismo” El Cronista, 14/ 1/93). En lugar de derrotar al oficialis­mo, la oposición, por unanimidad, acordó con el PJ volver a tratar el tema en febrero, tirándole un salvavidas al menemismo. Ahora Moure propone que “la reforma previsional sea consensuada” (El Cronista, 14/1/93) con el PJ para lo cual la ‘oposición” presenta este proyecto reaccionario y antiobrero que denunciamos, como base de “negociación”


La “izquierda” ha encubierto toda esta capitulación y estos acuerdos re­accionarios y antiobreros. El PC habla de “la derrota que tuvo que soportar el menemismo en la comisión de Previsión y Presupuesto…” (Propuesta, 7/1/93) y el Mst dice que el menemismo “sufrió un traspié ya que no logró hacerla aprobar en diciembre” (S. S., 13/1/93), ocultan­do que el menemismo fue salvado de una derrota y que ahora el PJ y la “oposición” buscan “consensuar” la reforma. Igualmente, Antonio For­te, presidente de la Mesa Coordina­dora, dice que “obtuvimos que el gobierno tuviera que suspender la discusión hasta febrero de 1993” (en Propuesta, 7/1/93), lo cual no es cierto porque la suspensión de la dis­cusión para febrero fue acordada en­tre el PJ y la UCR, y apoyada por todos los bloques parlamentarios. La “iz­quierda” encubre al centroizquierda, que encubre a la UCR, que encubre al menemismo en un operativo de resca­te de una reforma previsional antiobrera. En manos de la UCR, el cen­troizquierda y la “izquierda”, el reclamo de una consulta popular es un taparrabos de un proyecto reacciona­rio y antiobrero.


El PO llama a los trabajadores, jubilados, partidos y militantes de iz­quierda a luchar contra la jubilación privada, contra el aumento de la edad jubilatoria, por el 82% móvil, por una jubilación mínima de 500 pesos, por el control obrero de los aportes patrona­les y por la administración de las Ca­jas por delegados obreros y de jubila­dos.