Políticas

11/5/2006|945

Una patria no tan grande

Plan de documentación para inmigrantes


El gobierno nacional ha lanzado el plan “Patria Grande”, dirigido a la documentación de los casi 800.000 trabajadores extranjeros que viven en el país en situación de ilegalidad. Aunque se lo ha presentado como un plan para obtener documentación en forma “gratuita e inmediata”, en verdad está lejos de serlo.


 


En lo esencial, el gobierno ha diseminado un conjunto de oficinas de recepción de trámites, donde el trabajador extranjero podrá iniciar sus gestiones con su pasaporte o cédula de identidad. Ello le permitirá obtener un “certificado de residencia precaria”. En una segunda instancia, podrá acceder a una residencia temporaria por dos años, siempre y cuando presente un conjunto de certificados del país de origen. Entre ellos, el de buena conducta o antecedentes penales, partidas de nacimiento y -en el caso de Perú- de concurrencia a los actos electorales o, en su defecto, el pago de fuertes multas por no hacerlo. Todo ello exige tiempo, dinero y la movilización de familiares o de gestores en los países de origen. La mayoría de los trámites de radicación naufragan en medio de ese cúmulo de gestiones. Es que el plazo máximo establecido para realizarlas es de seis meses, al cabo de los cuales el Estado puede cancelar incluso la “residencia precaria”.


 


Pero el “plan” de documentaciòn está naufragando mucho antes de llegar a ese punto: las oficinas de recepción del trámite están entregando “turnos” para dentro de… nueve meses. En el ínterin, los compañeros indocumentados están sometidos a la ilegalidad completa.


 


En definitiva, la “Patria Grande” de Kirchner funciona a la hora de suscribir convenios de comercio o de “coordinación energética”, donde el Estado actúa en nombre de los monopolios capitalistas radicados en el país. En cambio, a la hora de radicar a los trabajadores, se acabó la “política regional”. Cada inmigrante continúa librado a su suerte, es decir, a sus posibilidades materiales o familiares de gestionar la documentación.


 


Reclamemos que el Estado tome en sus manos, integralmente, todos los pasos para la documentación definitiva, una vez que el compañero inmigrante ha realizado la solicitud inicial. El Estado debería abrir los libros de las grandes cadenas de ropa, y gravar sus superbeneficios para financiar un plan masivo de documentación sin costos de tiempo ni dinero para los inmigrantes. Sobre esa base, es imperioso que se multipliquen los horarios de atención en los CGPs y se elimine la dilación de los “turnos”: la sola presentación ante la oficina de registro debe obrar como constancia de residencia transitoria. Esa residencia no debe tener límite de tiempo: debe durar hasta que las cancillerías y consulados provean a los compañeros los certificados respectivos.


 


A partir de este reclamo, convocamos a todos los compañeros inmigrantes a empadronarse masivamente, y a la organización colectiva para reclamar al Estado la documentación definitiva. Será el primer paso para luchar por el blanqueo, con salarios y condiciones laborales de convenio en todos los talleres.