Una Presidenta que se pesifica

CFK continúa con sus discursos por cadena, a la Chávez, con el mismo formato de dirigirse a la audiencia por el nombre de pila y desparramar ironías de sustancia precaria. El miércoles pasado aceptó una propuesta que, por la mañana, había sugerido Víctor Hugo Morales, para que los funcionarios pesifiquen los dineros que tuvieren depositados en dólares. ¿Tendremos acaso una ceremonia oficial en ocasión de la transferencia o la señora Presidenta hará uso de su laptop para ello?


Sea como fuere, el patrimonio de la familia presidencial seguirá perfectamente dolarizado o euro-izado, toda vez que el valor de los capitales y propiedades, en todos lados, se cotizan en divisas aunque los valores difieran por industria, país o región. Por principio, la proporción de las fortunas grandes que se mantiene como depósito en los bancos es mínima. Si la Presidenta conserva 3 millones de dólares de su patrimonio en depósitos, pesificaría apenas un 1% de la riqueza que ha acumulado.


Pero, como ella misma lo viene explicando desde hace un tiempo, el depósito en divisas rinde menos que el que está registrado en pesos. Por el primero, los bancos ofrecen un 0,5% anual, el segundo puede llegar a rendir el 15 y hasta el 20%. Si la desvalorización cambiaria del peso se mantiene al 15% anual, el nuevo plazo fijo en pesos le dejaría algún rendimiento anual, lo que no ocurriría con el depósito a plazos en dólares. Ambos perderían, de todos modos, en poder adquisitivo, porque los precios crecen a un promedio del 30% anual en Argentina. El desprendimiento que exhibe la Presidenta escondería una mejora en el rendimiento de su capital en dinero.


Es claro, sin embargo, que el mensaje que busca transmitir CFK es que no habrá una devaluación superior a la que ya está en marcha – del orden del 15% anual. Pero, cuidado, no todo es realmente lo que luce, porque si con el plazo fijo en pesos la Presidenta contratara un seguro de cambio al tipo actual (por lo que pagaría una prima), la devaluación no perjudicaría su depósito en pesos. Este 'swap' de depósitos en pesos, a tasas de interés de dos dígitos, mientras se adquiría un seguro de cambio, fue durante mucho tiempo un negocio espectacular porque permitía obtener ganancias de esos mismos dos dígitos ¡en dólares!


No hay un truco solamente con el recurso al seguro de cambio. En las últimas semanas, la emisión de moneda por parte del Banco Central no ha estado acompañando el giro comercial, que resulta de multiplicar la producción por los precios. Esta política restrictiva deberá aumentar la tasa de interés del Banco Central y la que los bancos ofrecen a los depositantes. El cambio de portafolio de inversiones líquidas de la Presidenta, le produciría entonces beneficios adicionales, porque al mismo tiempo el flujo de pesos a los bancos disminuiría el que va al dólar. Todo esto demuestra que una operación que se exhibe como austera podría, por el contrario, satisfacer la codicia.


El capital no solamente puede ganar en la prosperidad, también puede hacerlo en la crisis – y la historia enseña que las tasas de beneficios más altas se obtienen, con frecuencia, en períodos de miseria. Hay una rama de las finanzas que se dedica a la especulación con la ruina económica -los 'distressed funds', fondos ruina. De todos modos, haga lo que haga CFK con el 1% de su multimillonario patrimonio familiar (por ejemplo, el desarrollo inmobiliario en Calafate), el peso no se convertirá en reserva de valor, ni siquiera como moneda de cuenta; podrá seguir como dinero de transacción (si no lo acosan las cuasi monedas) o como alternativa especulativa en el corto plazo.


Incluso las monedas más pintadas están perdiendo su condición de reserva de valor, como lo demuestra el acecho del oro, que es el refugio del capital ante la desvalorización que sufren el dólar y el euro, y la dificultad que tienen el franco suizo o el yen para cumplir un rol sustitutivo. Si CFK fuera Mario Draghi, el presidente del BCE, o Ben Bernanke, el mandamás de la Reserva Federal de Estados Unidos, el contrapunto con Víctor Hugo sería tomado por 'el mercado' como una directiva monetaria. ¿Lo es también el de la Presidenta? Lo veremos en los próximos días, si el Banco Central prosigue una política de 'ajuste' y se 'enfría' la economía, mientras se desparraman impuestazos y tarifazos a lo largo y ancho de Argentina.