Políticas

12/12/2013|1297

Una vez más, defendamos el bloque parlamentario único del Frente de Izquierda

En las semanas que transcurrieron desde las elecciones del 27 de octubre hasta la fecha no sólo ha crecido el impacto político nacional de la elección del Frente de Izquierda y del "salteñazo". También ha avanzado a pasos acelerados la crisis del gobierno kirchnerista, que es ya una crisis de régimen político. La cabeza del Poder Ejecutivo se ha recluido en la Quinta de Olivos y delegado el manejo del poder en un representante de la liga de gobernadores del PJ. Los discursos en cadena nacional han dejado lugar a una carrera de alta velocidad para acordar con el capital financiero internacional. La cadena de amotinamientos de las fuerzas represivas de los últimos días ha acelerado la descomposición del aparato estatal. Las concesiones salariales extraídas por el personal policial son un acicate para un reclamo similar por parte de los trabajadores. La crisis de conjunto ha verificado el acierto político de la reivindicación de un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar levantado por el Frente de Izquierda durante la campaña electoral.


Quebrar un ascenso político


Esta situación tomada en su conjunto refuerza el alcance político de la presencia del Frente de Izquierda en los parlamentos provinciales y concejos municipales, y en el Congreso. La crisis nos ha dado un nuevo envión político, incluso antes de que asumamos nuestras bancas, a partir de la aceleración de la crisis financiera y la descomposición del aparato de seguridad. Es, en este marco, que debemos caracterizar la decisión del PTS de usurpar el escaño de la provincia de Mendoza, que fue obtenido por la campaña política nacional y provincial del Frente de Izquierda, y apropiárselo como un ‘mono’bloque. La propuesta de sustituir la formación de un bloque parlamentario por un ‘interbloque’, simplemente escamotea esa usurpación política y rompe la unidad de acción del Frente de Izquierda. Nuestra representación por Salta, obtenida enteramente por el Partido Obrero, como remate de un cuarto de siglo de trabajo político, se ha inscripto como parte del bloque del Frente de Izquierda. En una orientación absolutamente contraria hemos recibido una carta firmada por el Comité Ejecutivo del PTS donde, de manera clara y nítida, confirma una orientación rupturista del Frente de Izquierda y la caducidad de sus acuerdos.


En esa carta, el PTS insiste en formar su propio bloque (en realidad un monobloque) y nos insta a que hagamos lo mismo; nos quiere de cómplices. Procura romper el acuerdo de la gestión conjunta de las bancas que fueron conquistadas colectivamente, con su rotación entre los partidos del Frente y la rotación de la propia presidencia de un bloque del Frente de Izquierda, todo lo cual constituye una usurpación o golpe de mano. En medio de nuestro ascenso político y del crecimiento de la capacidad de atracción de los trabajadores hacia el socialismo, esta usurpación y este faccionalismo son contrarrevolucionarios. No se trata de una descalificación sino de una caracterización objetiva. Los revolucionarios rompemos con lo que traba el desarrollo de las masas, no con lo que opera como un factor de desarrollo político. A Izquierda Socialista, que solamente podría ocupar una banca en 2017, le quedaría sólo dotarse de paciencia para formar su propio bloque dentro de tres años. De más está decir que cada uno de estos bloques ‘unipartidarios’ tendría una composición variable -unas veces serían de unos, otras de otros, según las rotaciones-, nunca serían la expresión política del frente único de nuestros partidos. Hacemos notar, sin embargo, que mientras el PTS rompe el frente único que permitió obtener, por medio de la acción, una representación parlamentaria, promueve, a través de una publicación, el frente ideológico con la izquierda liberal o académica. La gestión colectiva de todo el bloque frentista quedaría inhabilitada para desarrollar una experiencia común, que debería servir para verificar, ante los ojos de los obreros más avanzados (por lo menos) la evolución política del Frente de Izquierda.


Usurpación


Esta acción faccional va de la mano de una usurpación política mayúscula. Ocurre que en Mendoza el electorado fue llamado a votar por el Frente de Izquierda y no por el PTS. Es lo contrario de lo sucedido en Salta, donde nos votaron como Partido Obrero, pero a pesar de ello nos hemos empeñado en asociar esa experiencia política, cuyo carácter específico de nuestro partido nadie niega, al Frente de Izquierda.


Para ver hasta dónde llega la apropiación recordemos que en el distrito de Mendoza, antes del Frente de Izquierda, el PO le ganó al PTS en las elecciones. Si éste encabezó en 2013 la lista se debió pura y exclusivamente a que el PO cedió posiciones en varias provincias que le correspondían por derecho propio para hacer frente a la extorsión del PTS de romper la unidad del Frente (como en Neuquén en 2011, donde el PO cedió la cabeza de la lista y ocupó el cuarto lugar, a pesar de que solito había obtenido en elecciones previas más votos que el frente PTS-MAS-IS). Que se vea el absurdo: el PTS, que encabezó una lista en Mendoza por un mecanismo de compensaciones, ahora pretende usurparla. Pablo López, por el contrario, electo por la lista del PO en Salta, integra el bloque del Frente de Izquierda. El contraste no puede ser mayor. Llamamos al PTS a revisar su posición y a formar un bloque común colectivo en el Congreso, con un régimen de debate que asegure la expresión de una posición común y de sus diferencias. El PTS, al revés, saca el paraguas en día de sol: se justifica por anticipado en las diferencias que aún deben ser comprobadas, para usurpar una representación frentista. Con esto violan las consignas de la campaña electoral: "la IZQUIERDA tiene que estar", "por un bloque de izquierda en el Congreso", “por una bancada obrera y socialista". En cumplimento de ese mandato es que Néstor Pitrola y Pablo López han inscripto en el Congreso Nacional el Bloque del Frente de Izquierda, e idéntica actitud ha seguido Marcelo Ramal en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.


Ultimatismo rupturista


El PTS actúa como los sofistas cuando nos acusa de divisionistas porque no aceptamos esta usurpación, que quedaría encubierta por un ‘interbloque’: simplemente no hay lugar para formación de ‘minibloques’ de secta. El sofisma llega al extremo cuando caracterizan al "interbloque" como un "mal menor" a la alternativa de “romper el FIT" (sic). ¡Es la confesión de que lanzan un ultimátum: ‘usurpación o ruptura'! Este el programa del PTS, ni más ni menos. El ultimátum es ajeno a los métodos socialistas. Las diferencias políticas se debaten, no se zanjan con usurpaciones.


Prestos a buscar las divergencias que justifiquen su línea divisionista el PTS saca de la manga una: que ellos quieren proyectos de ley debatidos con los trabajadores, mientras el PO quiere elaborarlos por afuera de la clase obrera "real". Esto es absurdo. El Frente de Izquierda elaboró un Manifiesto Político de 30.000 caracteres "sin consultar" a la clase obrera "real". ¿Estuvimos mal o bien? Ahora, si decidimos convertir algunos de los planteos de ese Manifiesto en un proyecto de ley, el PTS nos dice que no habría que hacerlo sin previa autorización de la "clase obrera real". ¿Desde cuándo un proyecto de ley es más importante que un Manifiesto? El ‘permiso’, por otra parte, ya lo tenemos: nos votaron un millón trescientos mil electores para plantear el no pago de la deuda externa, el retiro de las tropas argentinas de Haití, la anulación de la ley antiterrorista, el salario mínimo igual al costo de la canasta familiar. Por otro lado, ningún revolucionario podría hacer una agitación real y efectiva por su programa sin discutir esa agitación con el mayor número de luchadores obreros.


Defendamos al Frente de Izquierda


El Frente de Izquierda se ha transformado, como resultado de la lucha, en un instrumento de desarrollo de la clase obrera con conciencia de clase. La formación del Frente de Izquierda permitió conquistar a una franja significativa de trabajadores para la lucha socialista contra un gobierno que pretendió encubrirse con las banderas del progresismo y la independencia nacional. Defendemos a brazo partido esta perspectiva, contra ‘monobloques’ y usurpaciones.


Llamamos a defender al Frente de Izquierda llevando a la práctica el mandato que hemos recibido: formar un bloque del Frente de Izquierda y los Trabajadores en el Congreso, las legislaturas y los concejos deliberantes en todo el país.