Políticas

15/5/2014|1314

Universidad de Madres: por qué la estatización

EXCLUSIVO DE INTERNET



El gobierno acaba de fracasar en un primer intento por aprobar en comisión en el Senado la estatización de la Universidad de las Madres. Ha planteado, sin embargo, que insistirá en sesión plenaria.

Llama la atención tanto empeño, siendo que la Universidad ocupa una pequeña porción del presupuesto de la Fundación de las Madres y que la causa por malversación de fondos públicos en los planes de vivienda de esa misma fundación fue dejada en fojas cero por la Cámara Federal, que además anuló los procesamientos dictados contra los hermanos Schoklender. La Cámara Federal está integrada por camaristas que ascendieron durante la administración K y separaron al juez Rafecas de la investigación del caso Ciccone, a pedido de Boudou. El juez Martínez de Giorgi, a cargo de quien está la causa desde hace dos años sin novedad alguna, “no debe ser tan temido por la Casa Rosada” (Perfil, 14/6/2011) desde el momento que sobreseyó a NK, Cristina, Ricardo Jaime y Gabriel Mariotto en causas a su cargo.

El tema de la Fundación de las Madres volvió a ser noticia, sin embargo, a raíz de un hecho. La Auditoría General de la Nación (AGN) presentó un informe en febrero donde dio cuenta del circuito delictivo armado en torno a la Misión Sueños Compartidos, con suministro millonarios de fondos públicos -que entre 2005 y 2011 sumaron casi medio millón de dólares, que debían servir para construir 4.757 viviendas, de las que solo se adjudicaron 822- derivados en parte a coimas a funcionarios públicos “que tenían la responsabilidad de aprobar y gestionar las obras (Infobae, 12/2). En ese informe se detectó que la Fundación Madres libraba cheques a Propyme, la mutual de crédito cuyo allanamiento fue suspendido por la llamada de Carlos Liuzzi, el otro yo del secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, al juez Oyarbide.

Propyme es una cueva que ofrece sus servicios a funcionarios que quieren percibir los sobornos que han pactado. Es habitual que las contratistas del estado, sobre todo las de obra pública, sufran demoras conscientemente armadas para cobrar sus certificados. Una vez que lo logran, reciben cheques post datados con la indicación de la financiera a la que deben ir donde se los canjea por efectivo, con una tasa de descuento que es la coima del funcionario.

Forma parte de una cadena en la que la Fundación Madres aparece involucrada en otras cuevas. “Las parvas de efectivo que generaba Lázaro Báez se pesaban en SGI, la cueva que el contador Daniel Pérez Gadín le arrebató a Federico Elascar y que fue rebautizada, con desparpajo, La Rosadita. Los recursos que circulaban alrededor de Sueños Compartidos, el programa social de viviendas que administraban Hebe de Bonafini y Sergio Schoklender, se canalizaron a través de una sociedad similar: Cooperativa Monetización, del prestamista Fernando Caparrós” (Pagni, La Nación, 20/3).

En Valores Negociables SA, otra cueva, Caparrós era socio de Jorge Fidalgo: Titular de Crédito Sur, una de las financieras que se encargaba de cambiarle los cheques a la mayoría de los involucrados en el caso de la mafia de los medicamentos, caso que “investiga” el juez Federal Norberto Oyarbide y de la que fue parte Sebastián Forza, asesinado en el Triple Crimen de General Rodríguez, firmante de cheques con importantes aportes a la campaña del Frente para la Victoria (2007).

Las cuevas son, naturalmente, canales en el blanqueo del narcotráfico.

El gobierno se desnuda a sí mismo

El proyecto de estatizar la Universidad de las Madres apunta a tapar los negociados hechos con fondos públicos en particular cuando el estallido de causas amenaza a la propia cabeza del Ejecutivo. Es, además, el intento de poner un punto final de la estatización que llevó a la degeneración de la Asociación de las Madres, convertida en una Fundación, una ONG destinada a realizar negocios patrocinados por el Estado – como otras tantas organizaciones populares, aniquiladas como movimientos de lucha.

“Haber hecho de Hebe lo que Hebe es hoy no es el menor de tus méritos” (Es lo que le dijo José Pablo Feinmann a Néstor Kirchner, según cuenta en “El Flaco”).

Christian Rath