Políticas

2/9/2020

Universidad de Rosario: segundo cuatrimestre ¿para quién?

Consejera del Frente de Estudiantes de Izquierda por el claustro estudiantil.

La imposición de la modalidad virtual de cursada en el primer cuatrimestre de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) dio como resultado una deserción estudiantil del 50%. La falta de becas y recursos materiales para sostener la virtualidad fue una constante, que se combinó con la cruda realidad de una juventud fuertemente precarizada o desempleada producto de la crisis capitalista.

Las autoridades de la UNR, desde el rector Bartolacci hasta el último de los decanos, han ejecutado un presupuesto de ajuste por la vía de los hechos. La universidad se sostiene con el presupuesto universitario de 2019, es decir, con un fuerte recorte debido a la no actualización en un país con altísima inflación.

La virtualización educativa fue forzosa, con docentes y estudiantes teniendo que bancar de su bolsillo los recursos para poder sostener la cursada. Las autoridades desoyeron el conjunto de reclamos que se derivaron de la imposición de este formato y obligaron a que la comunidad educativa se banque sus dispositivos e internet para trabajar y estudiar.

Ya en el mes de abril se supo por medios locales que más del 30% de estudiantes tenía mala conectividad y que sólo el 50% de los estudiantes estaba pudiendo cursar: número inflado porque incluye a lxs que al menos se conectaron una vez.

Esta política de ajuste, de déficit de becas y el congelamiento de sus montos, pinta de cuerpo entero a las autoridades que buscaban colocarse con la alianza de la UCR-PJ como la “renovación progresista”.

Los protocolos de las autoridades contra docentes y estudiantes

Frente a las mesas de exámenes, las autoridades presentaron protocolos de forma unilateral, sin consulta con los gremios ni con lxs estudiantes, limitando el debate y aprovechando la pandemia para atacar los derechos laborales de la docencia.

Todos estos protocolos, que varían en algunos aspectos de facultad en facultad, tienen en común que violan numerosos artículos del Convenio Colectivo de Trabajo, fundamentalmente los relacionados con la jornada laboral y las obligaciones del empleador y la ART.

Los protocolos que se presentaron para habilitar las mesas de exámenes no se acompañaron de un plan de becas ni de garantías para quienes no tuvieran los dispositivos y recursos para hacerlo. No se oyó ninguno de los reclamos que presentaron docentes y estudiantes en diversos organismos. Por lo tanto, quienes no pudieron cursar, mucho menos rendir, las mesas se volvieron un “derecho exclusivo”.

Por su parte, las agrupaciones estudiantiles oficialistas de la gestión, como El Alde y los peronistas de La Massota (Psicología), o el Frente Patria (Humanidades) oficiaron de grupo de choque contra lxs docentes. Impidieron una comunicación directa y una deliberación colectiva entre los claustros para redirigir cualquier reclamo estudiantil hacia lxs docentes y que no caigan sobre las autoridades. Con comunicados y amedrentamientos en los distintos organismos, buscan colocar la responsabilidad de la deserción y el fracaso de la virtualidad sobre lxs docentes con acusaciones de que “no laburan porque no quieren”.

No hizo falta ningún “banderazo” educativo, porque la reacción vino desde adentro de los autodenominados “nacionales y populares”.

La FUR y los centros de estudiantes

La Federación Universitaria de Rosario en todo este semestre brilló por su ausencia. La integración al gobierno nacional de las agrupaciones que dirigen la federación (Alde, PCR, Pampillón, Movimiento Evita, Aire) determina su adaptación a la política de ajuste presupuestario en la universidad. Los centros estudiantiles que dirigen han disuelto los organismos de deliberación y organización de lxs estudiantes.

Después de la sangría que se produjo, sin convocar a un plan de lucha, sin organizar a lxs estudiantes por sus reclamos e incluso votando a favor de los protocolos de las autoridades, ahora piden una reunión con el rector. Vale recordar que en abril ya hubo una instancia de la cual no salió absolutamente nada: las becas no reabrieron y a los comités de crisis los convocan y dirigen las autoridades.

El atropello más importante que dejaron pasar se vio en Psicología, donde las autoridades aprovecharon la pandemia para acreditar a la Coneau, luego de varios intentos desde 2011 que chocaba contra docentes y estudiantes movilizados en defensa de la carrera y la universidad pública. Una acreditación que entre varios propósitos se plantea igualar los títulos con las privadas, abrir la carrera a posgrados y cursos arancelados de la mano de una paulatina privatización de los contenidos.

Basta de ajuste educativo

En este cuadro, se ve con mayor claridad la necesidad de que los centros de estudiantes tengan independencia política frente a las autoridades y los gobiernos, para defender los intereses estudiantiles. Desde la Unión de Juventudes por el Socialismo – Partido Obrero defendemos la unidad docente estudiantil para pelear por nuestros reclamos, como la reapertura de las becas sin restricciones y la triplicación del presupuesto universitario en oposición al pago de la deuda externa que tiene como prioridad el gobierno.

En ese sentido desarrollamos la campaña como por el Encuentro Nacional Educativo de la docencia universitaria y preuniversitaria que en Rosario recogió el pronunciamiento por unanimidad de la última asamblea docente de Coad a favor de promover un encuentro con otras asociaciones de base para discutir un plan de lucha por la recomposición salarial.