Políticas

16/5/2002|754

Uruguay se junta al Cacerolazo

La penuria popular ha alcanzado en la Argentina un nuevo pico.


Los aumentos de la nafta no paran.


Las remarcaciones en las góndolas alejan a la mayoría del pueblo de la alimentación diaria.


Cuando aún no ha llegado el invierno, la presión de gas ha caído en muchos hogares.


El Indec admite que el costo de la canasta básica ya ha crecido un 40%, con salarios congelados y la demanda de consumo en fenomenal retroceso.


Pero el gobierno “popular” de Duhalde responde a esto rascándose el ombligo y anunciando que no prevé aumentos de salarios hasta pasado el mes de junio.


En las empresas, mientras tanto, los salarios, lejos de subir, se reducen despóticamente, por simple arbitrio patronal.


Entre el plan trabajar y un salario corriente las diferencias se achican.


Este es el destino histórico que los capitalistas reservan a la clase obrera como consecuencia de la presente crisis.


Por si algo faltaba, ya nadie esconde que la salida que se está pergeñando es la hiperinflación que licúe a cero los depósitos de los ahorristas, porque sólo de este modo conciben los banqueros poner fin al “corralito”.


Pero con el anuncio de la bancarrota en Uruguay y los indicios de que Brasil marcha por los caminos del Río de la Plata, el escenario de las salidas capitalistas se ve cada vez más enfrentado por una lucha que ya es internacional.


En Uruguay, la semana pasada empezaron los cacerolazos, como los nuestros de principios de diciembre pasado.


En Tartagal y Mosconi, una nueva pueblada ha enfrentado otra tentativa de represión del pro-yanqui gobernador Romero.


El próximo sábado, un Congreso del Polo Obrero pondrá de manifiesto el enorme avance de la clase obrera piquetera. Un avance de organización y de lucha que desenmascara la pura verborragia mentirosa del nacionalismo a la Alicia Castro, Moyano y varios otros, todos subordinados a los saqueadores nativos.


“Hay que sacar otra vez las cacerolas”.