Políticas

28/12/2021

Vaca Muerta, por la senda de Loma La Lata con Repsol

La ordeñan pero no perforan, un preludio de techo productivo.

Cuando Jorge Sobisch como gobernador de Neuquén firmó con Repsol la concesión del área Loma La Lata -Sierra Barrosa, aún existía la convertibilidad, aunque su fin estaba sobre el tapete. La prometida inversión de la petrolera se cuantificó en 8.000 millones de pesos, y no de dólares. Así la compañía se hizo con un yacimiento que YPF había explorado a fondo y conociendo al detalle sus inmensas reservas petroleras y gasíferas, asegurando una mínima inversión para extraer hidrocarburos sin reponer reservas mediante exploración, ordeñando el área hasta prácticamente agotarla.

Loma La Lata – Sierra Barrosa produjo 36 millones de metros cúbicos diarios de gas diarios a fines de los ’90 y aún a inicios de 2020 su producción era de 10 millones de m3/día (ver Prensa Obrera 23/05/2021).
Un nivel de productividad que, tras 20 años ininterrumpidos, aún la coloca como una de las principales áreas en volumen extraído.

No ocurre lo mismo con los pozos no convencionales. Como informa un estudio del consultor Mariano de la Riestra publicado en Econojournal (21/12), en toda la cuenca neuquina hay apenas 31 equipos de perforación, contra los 69 que había en 2014 y 55 en 2018. La cantidad actual es similar a febrero de 2020, lo que significa que aún no se ha alcanzado la cantidad de equipos perforadores de la prepandemia.

Lo mismo pasa si consideramos los equipos de todo tipo que hacen a la terminación de pozos (workover, pulling, etc.). El gobernador Omar Gutiérrez anunció en noviembre de 2020 que para marzo del presente año habría 80 equipos en total en las áreas de Vaca Muerta. Estamos lejos de esos anuncios. Sin embargo mes a mes se baten récords de cantidad de fracturas y producción, lo que quiere decir que que la productividad por equipo de perforación y producción se ha incrementado notablemente, aumentando los ritmos de trabajo y la plusvalía en consecuencia.

El ordeñe

El “modelo” Respsol para Loma La Lata se ha generalizado. Sobre la base de la exploración realizada por YPF en su momento las distintas operadoras “pinchan” sobre seguro y extraen volúmenes sin un plan de exploración que reponga reservas consumidas, ni la puesta en producción de nuevos pozos.
En el caso de los pozos no convencionales esto equivale a una senda que conduce a un techo de producción, debido a la rápida declinación productiva de esos pozos.

Un estudio de Gabriela Wyzcykier1 y Juan Antonio Acacio, denominado “Controversias ambientales y producción de energía extrema en Vaca Muerta: apuntes para el debate”, de fines de 2019, indica que en este tipo de producción “la productividad de los pozos decae rápidamente resultando por tanto necesario perforar nuevos pozos de modo continuo para mantener la producción de los yacimientos… la elevada tasa de declive de los pozos implica que se requieran altos y constantes niveles de perforación y de aportes de capital para mantener la producción”. La baja cantidad de equipos perforadores en las áreas de Vaca Muerta y otros yacimientos no convencionales, y los constantes récord de producción, apuntan a que en poco tiempo se llegará a un techo productivo.

La cuestión se agudiza por la carencia actual de ductos que permitan evacuar la producción tanto de gas como de petróleo hacia la exportación. El nuevo gasoducto del que tanto se habla no estará operativo, en el mejor de los casos y siempre que tenga financiación adecuada, antes de 2023. Para el caso del petróleo el atraso en las obras de amplicación de capacidad de transporte del ducto de Oldelval a Puerto Rosales, así como el reciente derrame producido en la zona de Tratayen de otro ducto de Oldelval por tratarse en muchos casos de caños vetustos y mal mantenidos, coloca también un “cuello” de botella al transporte de una mayor producción.
En tanto las petroleras sacan todo lo que pueden y se logra transportar, que en gran parte se exporta. Demostrando que el saqueo del recurso, así como la superexplotación de la mano de obra, son el único “plan” que tienen en la cabeza, alentadas por la política del gobierno nacional y del provincial.

El parasitismo capitalista y las estrecheces financieras por caída relativa de la recaudación, generarán a su turno una de las condiciones de nuevas puebladas y rebeliones a la neuquina. Militamos para organizarlas y brindarles un programa de salida.