Políticas

11/4/1995|443

¿Vacaciones o suspensión encubierta?

El alcance de la ley de flexibilidad va más allá de la autorización que da a las patronales para fraccionar las vacaciones.


El artículo 90 dice: “los convenios colectivos de las Pymes podrán modificar en cualquier sentido las formalidades, requisitos, aviso y oportunidad de goce de la licencia anual ordinaria”. Esta redacción hace caer una cadena de disposiciones que protegen la licencia anual.


Hasta hoy es obligación empezar una licencia un lunes para que se puedan integrar semanas enteras con sus fines de semana. Esto cae.


La liquidación de los haberes del período de licencia debe ser hecha y pagada por anticipado y comprende un plus cercano al 20%, que surge de dividir el sueldo por 25 en lugar de los 30 días del mes. Ambas cosas pueden ser eliminadas.


Además, la ley de contrato establece el pago proporcional del salario variable de los últimos 6 meses, o sea extras, francos, etcétera, lo cual defiende el salario promedio de bolsillo durante las vacaciones en las que estos pagos no se hacen (extras, por ejemplo). Otra condición eliminable.


Por fin, hay una norma muy importante que establece el aviso fehaciente obligatorio 45 días antes, para garantizar la planificación del descanso por parte del trabajador. Condición también liquidable expresamente.


En las nuevas condiciones, cualquier día del año una patronal puede comunicar al trabajador que al otro día comienzan sus vacaciones por una cantidad arbitraria de días, sin adicional alguno, sin extras y en cualquier momento de la semana.


Es una suspensión encubierta, no se trata de vacaciones. Nadie puede descansar de este modo, es un régimen elaborado en función de los flujos de producción, transformando una conquista en un flagelo.


Muchas empresas han adelantado vacaciones en épocas de crisis para descargarla sobre las espaldas obreras. Con la flexibilidad, esto se transforma en permanente.


Pero la aplicación de estas disposiciones requiere que la burocracia de cada gremio las incorpore a su propio convenio.


Es necesario hacer una amplia denuncia, exigir asambleas y llamar a organizar la lucha, para que jamás se aplique este engendro antiobrero.


El inicio de un ascenso obrero partirá de la lucha por sus reivindicaciones, sistemáticamente entregadas por la burocracia.