Mientras se desarrolla una fuerte campaña y movilización popular en contra de la designación de “Fino” Palacios al frente de la policía porteña, el gobierno de Macri avanza en su constitución: pretende que salga a la calle el 1º de octubre.

Por si las funciones de la fuerza no hubieran quedado claras, el ministro Montenegro señaló que sus prioridades serían el control del espacio público (impedir piquetes y manifestaciones) y de las “usurpaciones” (o sea, los desalojos). Palacios presentó un equipamiento para la nueva fuerza, acorde con esta orientación: patrulleros con GPS y cámaras, radares, sensores y toda una batería de recursos tecnológicos de espionaje al servicio del control, la regimentación de la vida social y la represión.

Para este “control del espacio público”, la nueva fuerza se apoya, entre otras, en una vieja herramienta: el Código de Contravenciones de la Ciudad, que pena la obstrucción de la circulación de vehículos por la vía pública sin autorización. Apuntan a que las organizaciones populares tengan que “pedir permiso” para movilizarse: es un verdadero atropello a las libertades democráticas básicas.

La otra punta del operativo de puesta en marcha de la nueva policía es el acuerdo con el gobierno nacional y con la Policía Federal. Para esto se armó una comisión entre el ministerio de Seguridad y Justicia de la Nación (Alak) y el de la Ciudad (Montenegro), integrando a la cúpula de la Federal y a Palacios. Mientras los “K” cacarean en la Legislatura contra Palacios, negocian en la misma manzana la “articulación” con la nueva policía.

En medio de este armado fracasó en la Legislatura, por la ausencia de legisladores de la Coalición Cívica y kirchneristas, el pedido de una audiencia para interpelar a Palacios. Ese día, el Partido Obrero convocó a un acto frente a la Legislatura reclamando la destitución de Palacios y la disolución de la nueva policía. Con la presencia de Marcelo Ramal y Vanina Biasi, se realizó una agitación juntando una gran cantidad de firmas con el petitorio.

Preparemos la movilización

En este cuadro, las 20.000 firmas que ya se han juntado en el marco de la campaña contra el Fino son una marca clara del estado de ánimo de los porteños frente a la nueva policía y el gobierno Macri. La campaña es popular en los barrios y entre los trabajadores de la ciudad, y es sólo el punto de partida: tenemos que llegar a las 100.000 firmas contra Palacios y la nueva policía.

Junto a las organizaciones que convocaron a la última marcha, estamos preparando una nueva movilización para el 27 de agosto a la Jefatura porteña. Por la adhesión que se manifiesta en la campaña, ésta promete ser mucho más masiva. Nuevas organizaciones de lucha, el movimiento secundario y las organizaciones villeras, sólo para citar algunas, participarán el 27.

El Partido Obrero está empeñado en desenvolver una campaña a fondo para lograr la destitución de Palacios y enfrentar la creación de la nueva policía. Convocamos a los trabajadores de la Ciudad a acercarse a nuestros locales y mesas, retirar el petitorio y sumarse a la campaña.
Nos preparamos para conformar una gran columna en la movilización del 27 de agosto.

Juanelo y Nico