Políticas

8/1/1998|571

Varela: los piqueteros están de pie

Al cierre de esta edición continuaban en prisión 17 compañeros del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Florencio Varela, detenidos durante la madrugada del sábado 3. A cinco de estos compañeros les será denegada la excarcelación por pesar sobre ellos otra causa: se trata de la detención que sufrieran la semana anterior, cuando concurrieron a reunirse con el Juez Federal, integrando una comisión negociadora del MTD, y terminaron imputados por el corte de la Ruta 36. Así, estos compañeros continuarían en prisión al ser acusados dos veces … por el mismo ‘delito’. En reclamo de la libertad inmediata y el desprocesamiento de los compañeros, el lunes 5 se mantuvo durante diez horas una combativa movilización frente al Juzgado de Quilmes.


La perspectiva de prolongarle la detención a varios de los desocupados de Varela es parte del operativo que el gobierno y la justicia bonaerenses han montado contra este movimiento. La decisión de reprimir fue adoptada”en una reunión reservada entre el gobernador Duhalde y el interventor de la policía, Luis Lugones (…) Resolvieron que sería en plena madrugada, para evitar las imágenes del operativo de represión” (Diario Popular, 4/1).


La brutal represión contra los piqueteros fue preparada con los cuidados propios de una ‘cuestión de Estado’: en los días previos al operativo, Duhalde exigió de la Corte Suprema bonaerense (cuyo Consejo de Magistratura integra la‘oposición’) la orden judicial para iniciar el desalojo de la Ruta 36. Los encargados de ‘reestablecer el orden’desataron un verdadero infierno represivo contra los piqueteros y el conjunto de la barriada de Bosques.


El operativo se inició en la madrugada del sábado, lo que aseguró a los detenidos procesados todo un fin de semana de ‘amansadora’ en las comisarías bonaerenses. Los detenidos fueron diseminados en quince comisarías diferentes, en un intento de disgregar y obstaculizar toda labor de solidaridad. Durante el fin de semana, los jueces de turno —incluyendo el juez de menores— brillaron por su ausencia. Lo mismo puede decirse de cualquier dirigente de la‘oposición’.


Por unas horas, el gobierno y las fuerzas de represión, la justicia y la legislatura bonaerense dejaron a un lado sus choques para establecer un frente común contra el movimiento de desocupados y sus reclamos.


La lucha de Florencio Varela


La reivindicación del MTD de Varela es muy precisa: reclaman la renovación de los ‘planes trabajar’ de 100 compañeros —que el gobierno rescindió—, y el ingreso al plan de otros 300, sobre lo cual existía un compromiso de la municipalidad rubricado en un “acta acuerdo”. Pero este sencillo reclamo se opone por el vértice a la actual orientación oficial, empeñada en el recorte y liquidación de estos ‘planes’. Durante 1997, la lucha de los desocupados de todo el país le arrancó al gobierno más de 400.000 ‘planes trabajar’. Hoy, una de las principales exigencias fondomonetaristas apunta a eliminar inclusive estos ‘puestos’ precarios con sueldos miserables.


Con su lucha, los desocupados de Varela delataron esta pretensión antiobrera de Menem-Duhalde. Pero el recorte de los planes coincide, también, con una brutal andanada de suspensiones y despidos en todo el movimiento obrero industrial. El gobierno pretende prevenir el desarrollo de un movimiento de lucha de los desocupados, en momentos en que la desocupación crece.


Debut de la nueva ‘bonaerense’


La represión a los desocupados de Varela sirvió, también, para presentar en sociedad a la ‘nueva’ policía bonaerense: la brutalidad desatada debería golpear, también, las ilusiones de todos los que saludaron la ‘reestructuración’ como un paso ‘democrático’ del duhaldismo. Para Lugones y Duhalde, el operativo de Bosques debía servir para aventar cualquier sospecha de “inacción” que pudiera vincularse a una “impotencia policial en medio de su reestructuración” (Diario Popular, ídem). La represión a los desocupados de Varela fue utilizada para disimular la crisis policial y apurar —sobre las espaldas de los desocupados— el ‘cierre de filas’ de un aparato represivo golpeado por la lucha de maffias y el repudio popular.


Defendamos la lucha de Varela


Por los mismos motivos que los explotadores han hecho de Varela una ‘cuestión de Estado’, el conjunto de movimientos de desocupados, centrales obreras y comisiones internas combativas, deberían convocar a una gran acción para defender la lucha de Varela. Su victoria puede abrir un rumbo a todo el movimiento obrero —ocupado y desocupado— que enfrenta hoy la misma ofensiva capitalista. Que la crisis la paguen sus responsables, los capitalistas; no los obreros de Ford, Firestone y los desocupados de Varela; que la podredumbre del aparato policial la paguen los Duhalde y sus ‘jefes’ con el juicio político, no los cuerpos de los hombres y mujeres desocupados. Constituyamos una mesa de apoyo a la lucha de Varela, que convoque a un gran acto de masas por la inmediata libertad a todos los detenidos y el levantamiento de sus causas; por el juicio y castigo a los responsables de la represión; por la satisfacción de todas sus reivindicaciones; subsidio de 500 pesos a todo desocupado mayor de 16 años; basta de suspensiones y despidos; reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario.