Políticas

2/6/2020

Vecinos de villas porteñas discuten un plan de acción ante el avance del coronavirus

En una reunión con el legislador Gabriel Solano (PO-FIT), se resolvió una campaña ante la falta de respuestas eficientes del Estado.

Foto: Ojo Obrero Fotografía

Vecinos y vecinas de las villas de la Ciudad de Buenos Aires mantuvieron una reunión virtual con el legislador Gabriel Solano, para poner en común la situación en los barrios y discutir una campaña de salida frente al avance del coronavirus.


El encuentro comenzó con un informe del legislador del Partido Obrero-Frente de Izquierda. Solano señaló que, recién 70 días después de que se declarara la cuarentena, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta se dispuso a proponer un protocolo de actuación en las villas de la ciudad. La necesidad de un protocolo específico para las barriadas era algo que ya hacía tiempo venía discutiéndose entre vecinos y organizaciones.


El documento presentado por el Ejecutivo deja mucho que desear, ya que se asimila más a un folleto que a un protocolo a seguir. En ninguna parte menciona cómo se financiarán las medidas a tomar ni cuál será el presupuesto destinado a tal fin. Tampoco hace referencia a qué personal será destinado a la realización del operativo Prevenir y al relevamiento de síntomas que realiza el Detectar en los barrios, cuando hasta el momento son en gran medida las organizaciones sociales las que ponen el cuerpo, con el consiguiente contagio (y muertes) de militantes y vecinos. A su vez, se sigue sosteniendo que el traslado desde los centros de salud y acción comunitaria (Cesacs) a las unidades febriles se realizará a través de micros –con lo que continuarían transportando a casos positivos junto a otros por confirmar- y que los testeos no se realizarán a los contactos estrechos si estos no presentan síntomas.


De manera general, el documento no da respuestas a los acuciantes problemas de los vecinos y vecinas. No hay mención alguna sobre un programa especial para abordar los casos de violencia de género. El refuerzo alimentario que se menciona, siguiendo lo realizado hasta el momento, es insuficiente, cuando las familias que tienen que permanecer en aislamiento no cuentan con ninguna posibilidad de ingreso salvo el que brinde el Estado. Por último, la provisión de agua tampoco estaría garantizada, ya que la forma en la que se podría contar con ésta las 24 horas del día es solo si existe una situación de emergencia –algo que, como se ha demostrado hasta el momento, tampoco ocurre.


La reunión procedió con la exposición de las situaciones que se viven en las barriadas de la ciudad.


Una enfermera, vecina de la Villa 31, comentó que aun haciendo falta más personal de salud, ella no consigue trabajo. El sector de bajo autopista, donde se encuentra su casa, está totalmente abandonado. Hay gente a la que trasladan a las viviendas nuevas de YPF, que tendrán que pagar con ingresos que hoy en día no existen, y los que quedan viviendo en el sector tienen que permanecer junto a escombros, basurales y con las filtraciones producidas por las demoliciones. Es clara la responsabilidad de Diego Fernández, director de la secretaría a cargo de la 31, motivo por el cual se exige su renuncia.


En la villa 1-11-14, los cortes de agua y el hacinamiento, resultantes de la falta de urbanización, se suman a la falta de provisión de alimentos por parte del Estado en los casos donde se tiene que realizar el aislamiento. Graciela, compañera del Polo Obrero que tuvo que permanecer aislada por haber dado positivo, contó que durante el tiempo que ella estuvo en un hotel, en su casa no tenían agua. Cuando pudo volver, no había comida, porque en su casa estaban cumpliendo con el aislamiento y no podían salir a comprar, y la única respuesta que les dieron fueron cuatro cajas con solo algunos alimentos, cuando en el hogar viven 7 familias.


Desde la Villa 20, en Lugano, contaron la experiencia que se desarrolló en el barrio, donde el Polo Obrero y otras organizaciones llegaron a un acuerdo para exigirle al Estado que responda frente a los reclamos de los vecinos. Exigen que sean los gobiernos de la Ciudad y Nación los que se hagan cargo y que las tareas de testeo, control de síntomas y el trabajo en las postas no caiga sobre las organizaciones. Piden que el Estado contrate personal de salud, bajo convenio y con los elementos de protección necesarios para realizar estas acciones.


A las intervenciones antes mencionadas se sumaron las de vecinas de Ciudad Oculta, La Carbonilla, Fátima y Piletones, todos barrios con una situación similar, incluida la falta de una respuesta estatal eficiente.


El Polo Obrero, junto con vecinos de las barriadas de la ciudad, desarrolló un protocolo, presentado también como proyecto de ley, cuando solo había unos casos en la villa 31. En él se plantea la necesidad de que las personas que deban realizar el aislamiento cuenten con una vivienda transitoria, dado el nivel de hacinamiento existente; la provisión de agua las 24 horas y los 7 días de la semana; que se garanticen las condiciones materiales y económicas para que las víctimas de violencia de género puedan estar resguardadas; que los traslados hasta las Unidades Febriles de Urgencia (UFU) sean en coches individuales; testeos masivos; postas de salud con personal capacitado, bajo convenio y considerada su actividad como insalubre; un refuerzo alimentario y subsidio económico, para garantizar que se pueda realizar el aislamiento en condiciones adecuadas.


Como cierre de la reunión, se resolvió llevar adelante una campaña para difundir este protocolo en todos los barrios. Llamamos a las organizaciones que acuerden con este planteo a exigir el cumplimiento de estos puntos. También se pedirá una reunión con los ministerios de desarrollo social y de salud para presentar estos reclamos. Por último, planteamos la realización de un Facebook live el próximo viernes 5, para agitar la campaña y conseguir nuestras reivindicaciones.