Políticas

2/3/1995|439

Venga a la Conferencia Nacional de la Izquierda

Durante cuatro años, los grandes capitalistas hicieron negociados sin precedentes gracias al remate del patrimonio nacional, a la piedra libre para la especulación y a la feroz superexplotación de los trabadores.


Loe resultados que dejó esta festichola capitalista están a la vista: dos millones y medio de desocupados, salarios congelados en un promedio de dos pesos la hora, jubila­ciones de 140 pesos, la destrucción de la salud y de la educación, y un impresionante desgaste físico y psíquico de la clase obrera.


La especulación capitalista ha concluido ahora en una crisis descomunal, como ha ocurrido siempre con todas las especulacio­nes capitalistas. La crisis es internacional, dicen los patrones, pero es internacional, precisamente, porque en el mundo domina el sistema capitalista.


Mientras duró la fiesta, el gobierno y los “opositores” aseguraron que semejante “estabilidad.” dependía de que los trabaja­dores se ajustaran el cinturón. Ahora que la fiesta se acabó, plantean que la única salida a la crisis por ellos creada es que el pueblo explotado se ajuste el cinto todavía más.


Han empezado las reducciones de los sa­larios y han aumentado los despidos masi­vos. La “economía de mercado” anuncia una perspectiva de creciente miseria.


Pero así como las penurias de estos cuatro años pasados no evitaron la crisis, los nuevos golpes que Menem y Cavallo están anunciando (con la complacencia de toda la “oposición” y, en particular, con la de Bor­dón y Alvarez) no han podido evitar que la crisis se transforme en colapso. Los decretos del gobierno, autorizando al Banco Central a emitir moneda para salvar a los banqueros, deja en claro que los capitalistas impulsan la inflación y que se están preparando para la devaluación del peso.


¿Cuál es la conclusión de todo esto?


Que el capitalismo no es una salida. Que Menem y Cavallo y sus políticas no son una salida. Que tampoco lo son los Massaccesi, los Bordón, los Alvarez, los Rico o los Sola­nas, por la simple razón de que representan intereses capitalistas.


¿Quién es el responsable de esta catástro­fe, el bancario o el banquero? El responsable es el banquero, de modo que en lugar de bajarle el salario a los bancarios, o despedir­los, hay que echar a los banqueros y naciona­lizar los bancos bajo control obrero.


¿Quién es el responsable de la quiebra de los ingenios? Los Minetti, los Nougués, los Blaquier, los Patrón Costas. Hay que “des­pedir” a los explotadores responsables y garantizar el trabajo de los compañeros azu­careros, poniendo a todos los ingenios bajo control obrero.


Cuando una persona se desangra se le aplica un torniquete. Pero Menem y Cavallo siguen cortando las venas de la economía nacional, al permitir que los especuladores se lleven la plata al exterior, financiándoles, incluso, con emisión de moneda, esa fuga de riqueza.


En medio del colapso, Cavallo rebaja el sueldo a los trabajadores y jubilados, mien­tras autoriza a los Macri a pagar su deuda impositiva con bonos que valen el 35% del valor que el gobierno les prometió reconocer.


Es necesario prohibir la remisión de dinero fuera del país, poniendo bajo un control de los trabajadores todas las operaciones de comercio exterior.


Los compañeros que trabajan en la Aduana, los bancarios, los portuarios, los aero­náuticos, los de la DGI, pueden perfecta­mente establecer este control obrero.


De que se impongan o no estas medidas depende la vida de las grandes masas del país. Se trata de ellos o nosotros.


En estas condiciones, el próximo 11 de marzo tendrá lugar la Conferencia de Iz­quierda, que convocan el Partido Obrero y organizaciones y militantes populares.


Quienes convocamos a la Conferencia tene­mos conciencia de que el colapso económico se transformará en una crisis de poder. Las huel­gas en Tierra del Fuego, Río Negro, Tucumán, Jujuy, Santa Fe, Salta demuestran que los trabajadores quieren intervenir en el desenlace político. No debemos permitir que así como Alfonsín le sacó las papas del fuego a la dictadura y luego Menem se las sacó a Al­fonsín, ahora venga un Bordón o un Massac­cesi, o los dos juntos, a sacárselas a Menem y a Cavallo, para de nuevo rescatar a los capi­talistas y hambrear a los explotados.


La Conferencia de Izquierda, en la que participarán mayoritariamente delegadas independientes, sindicales, fabriles, barria­les y de diversos partidos de izquierda, será inevitablemente un centro político de la da­se obrera, donde se construirá una alternati­va de poder obrara frente al derrumbe capi­talista.


Venga nomás, compañero.