Políticas

22/6/2021

Villa María: Gill pide otra licencia mientras crece la pobreza, la falta de viviendas y trabajo

Justificó una nueva licencia haciendo una defensa del gobierno de Alberto Fernadez y cargó contra Macri.

Imagen extraída de La Voz del Interior

El secretario nacional de Obras Públicas e intendente de Villa María en uso de licencia, Martin Gill, volvió a solicitar un nuevo pedido de licencia del ejecutivo de la ciudad, cargo por el que fue electo por el voto popular, y por el que viene posponiendo funciones desde hace casi dos años. El pedido de ausentarse del cargo de intendente entró al Concejo Deliberante, donde el cuerpo legislativo de la ciudad volvería a aprobar el planteo.

La Carta Orgánica municipal es clara al establecer que “todo impedimento temporario que supere los ciento ochenta días corridos será considerado permanente” y que “si el impedimento fuera permanente y faltara más de un año para concluir el mandato, el reemplazante deberá convocar a elecciones”.

El PJ de Córdoba, que busca una diferenciación electoral hablando de “república”, queda expuesto en sucesivas resoluciones inéditas y arbitrarias. La coalición macrista busca explotar esto para mejor encubrir que cuando gobernaron también recurrieron a decretos reaccionarios.

Martin Gill, funcionario nacional e intendente varias veces licenciado, es uno de las principales figuras del armado del Frente de Todos, y también forma parte de “Hacemos por Córdoba”.  De esa manera, concejales que responden a Eduardo Acastello, Ministro de Industria, Comercio y Minería de la Provincia de Córdoba, no votarían en contra de un nuevo “permiso” para que Martin Gill se ausente de sus funciones por fuera de todo marco legal.

Cabe remarcar que Martin Gill fue encubriendo su abandono del cargo por el que fue designado por el voto popular con licencias cada 6 meses. La oposición macrista en el Concejo Deliberante criticó las licencias, y arma discurso de ocasión para mejor disimular que no tienen salida al problema de la tierra y la vivienda, la desocupación y la pobreza. Es que a la hora de ajustar, no hay grietas entre los pejotistas-kirchneristas y los radicales.

En este punto, Martin Gill justificó un nuevo pedido de licencia en una entrevista publicada en El Diario de Villa María al plantear: “Basta de grietas que les convienen a los dirigentes y afectan a la gente”. Volvió a responsabilizar a la “pesada herencia” macrista, cuando es claro que la crisis inflacionaria y recesiva que sufren las familias trabajadoras no comenzaron con la llegada de Macri al gobierno ni continúan aún exclusivamente por ello. Es una responsabilidad que le cabe a todos los que nos gobernaron en las últimas décadas, lo que incluye al gobierno de los Kirchner antes y al de los Fernández ahora.

El intendente ausente dice “basta de grieta”, pero es parte de la misma polarización que se constata en una alternancia en el poder de ambos bloques, que son responsables de la pobreza y la falta de trabajo. Según un registro oficial del Centro de Estadísticas Municipal publicado en Villa María Ya, “3 de cada 10 personas son pobres y llevado a cantidad de personas, superan las 24 mil”.

El citado medio tituló “la pobreza llenaría dos Anfiteatros” a fines del año pasado. Ahora, con una inflación imparable, es claro que la crítica situación económica y social de las familias trabajadoras empeoró. Por eso Gill armó un discurso en base a promesas. También pretende ampararse en la pandemia para justificar el rumbo ajustador del gobierno nacional al que defiende. Pero la eliminación de la movilidad jubilatoria, sancionada ni bien asumió Alberto Fernández el poder, es un botón de muestra de toda una orientación fondomonetarista.

Para peor, el intendente ausente se refirió a la gestión de la pandemia, olvidando que el gobierno nacional recortó el gasto destinado al combate del Covid-19 en el presupuesto nacional 2021, aun cuando se sabía que la segunda ola era inevitable. También se dejó de pagar el IFE, un “auxilio” que ya era insuficiente para los trabajadores desocupados e informales, y que los obliga -en el mejor de los casos- a tener que salir a rebuscarsela como pueden. Martin Gill es parte de un gobierno que sacó un decreto criminal que obligó a volver al trabajo a personas que recibieron una sola dosis, incluso aunque sean parte de los grupos de riesgo.

De todo lo señalado, la oposición macrista en el Concejo Deliberante no puede decir nada porque son decididamente anticuarentena. Por eso, la denuncia de que quienes gobiernan no garantizan la educación virtual ni presencial la hace la docencia de manera autoconvocada.

Villa María necesita una intervención independiente. En esa perspectiva, el Partido Obrero impulsa la convocatoria de un congreso del Frente de Izquierda – Unidad para intervenir con una lista única en las próximas elecciones primarias, y contribuir así en una preparación política y reivindicativa para que el pueblo trabajador deje de pagar la crisis e imponga una salida propia.