Políticas

17/1/2008|1024

¡Viva la lucha del Casino!

Ni la menor fisura


Te va a pasar como a Febres, forro, se meten cianuro entre ustedes", era uno de los gritos de los trabajadores del Casino cuando los infantes de Prefectura arremetieron – una vez más- contra el piquete que impedía el paso de los carneros. Ocurrió el martes 15, a las tres de la tarde.


 


El grito tenía su razón de ser. Ahí estaba la fuerza que silenció al represor de la Esma para que no denunciara a sus compinches, ahora en el papel de guardia de seguridad de la patronal de Cristóbal López.


 


Uno de los delegados, Leonardo Bonanni, manifestaba: "Se ponen salvajes porque no se bancan nuestras medidas, el acampe, la movilización, los piquetes".


 


El martes 15, la patronal quiso hacer una prueba de fuerza y citó a todos los "mulos" (carneros) a las dos de la tarde. Media hora después tenían convocada una conferencia de prensa y querían mostrar una apariencia de funcionamiento más o menos normal.


 


Fracasaron en toda la línea.


 


Uno de los trabajadores despedidos, Hernán Lopatka, explicaba que "tienen a no más de 150 personas trabajando, cuando para funcionar mínimamente necesitan 280 en el primer turno, de 6 a 14, unos 400 a la tarde y más de 500 trabajadores en el turno noche, el más fuerte".


 


Los números muestran la contundencia de la huelga. De los cuatro pisos del Casino, López sólo pudo abrir dos y uno de ellos tiene máquinas tragamonedas que funcionan sin personal. En el otro piso habilitado, de 140 mesas de paño sólo atienden diez.


 


"Hay que destacar la unidad férrea del Cuerpo de Delegados, que nunca tuvo la menor fisura ni en los peores momentos", añade Lopatka.


 


Contra la patronal "nacional y popular", contra la patota de las burocracias, contra la Prefectura, contra la Federal, la huelga va.