Políticas

26/11/1998|609

“Votar a De la Sota sería traicionar un mandato de asamblea”

PO: ¿Cuál es la situación del gremio hoy, luego del gran ascenso contra las terceri­zaciones (privatización) hace unos me­ses?


RÑ: La conducción no le da una salida a esta política de tercerizaciones, que es la privatización de la empresa, aunque sea parcial. Esto, desde mi punto de vista, arranca de la concepción de la lista que ganó, con las distintas agrupaciones po­lítica que la constituyeron (Azul y Blan­ca, Celeste y Blanca, radicales, PSP, Patria Libre). Muchos de ellos sostenían el planteo de dos empresas, una empresa mixta. Con esta concepción, se producen estas vacilaciones y no una política deci­dida de defender la empresa estatal inte­gral que se planteó en su momento. Por eso, desde muchos sectores de trabajado­res se le cuestiona a esta conducción que no tiene política. Una cosa es el anhelo, que es la defensa de la empresa estatal; lo que no tiene esta conducción es una política para lograr ese propósito. Por eso un gran sector del cuerpo de delega­dos ha cuestionado esto y las luchas que han salido han tenido que ver con este sector más radicalizado.


PO: ¿Qué pensas de las declaraciones de Lorenzo Racero poniendo en duda su voto al PJ?


RÑ: Quiero ser coherente con lo que planteé antes. Una asamblea del 3 de octubre del año 1996 donde se destituyó a gran parte de la conducción que mane­jaba el compañero Racero, una asamblea multitudinaria de las más grandes que se conociera en la historia del gremio, se pronunció por la empresa estatal inte­gral. Mal puede el compañero Racero dudar ahora y vacilar de votar o no a un hombre privatista como es De la Sota. Es una contradicción tremenda ante el gre­mio porque él viene sosteniendo la em­presa estatal integral; sería traicionar un mandato de asamblea general. Me ha sorprendido la declaración de él.


No hay duda, como lo hemos venido sosteniendo en asambleas y cuerpos de delegados, que las tercerizaciones de este Directorio (puesto por el gobierno radical) también llevan a la empresa a la privatización. Creo que aquí reside la crisis de la conducción que, por distintos canales, le debe llegar que no se va a privatizar la empresa, pero personal­mente soy un convencido de que Mestre va a la privatización de la empresa. Han fusionado los bancos por mandato del Banco Mundial y cuando Mestre fue a los Estados Unidos lo hizo con las carpe­tas de los dos bancos y de Epec.


PO: Vos has tenido oportunidad de co­nocer nuestro planteo frente a las decla­raciones de Racero, ¿qué conclusiones deben sacar los trabajadores?


RÑ: La clase obrera necesita una herra­mienta política para ir disputando un espacio al sistema. Puede ser un partido de trabajadores con el que se sienta identificada o un gran frente de la iz­quierda. Es necesario un gran debate a nivel nacional, buscar puntos de acuer­do o ponerse en marcha y construir algo nuevo. Hoy por hoy todos los partidos tradicionales se han definido por este neoliberalismo que es la cara más salva­je del capitalismo, lo que no quiere decir que la otra cara no haya explotado a los laburantes. Los trabajadores que he­mos hecho un pasito más adelante debe­mos hacer un esfuerzo para esclarecer esto, discutir este punto y buscar esta herramienta política independiente de todos los partidos burgueses.


Ha habido momentos entre los tra­bajadores lucifuercistas en que se ha planteado una gran discusión política, hay muchos afiliados para los que toda­vía no es el momento, pero desde mi punto de vista personal es una necesi­dad hoy.