Políticas

1/2/1994|411

“Y ya lo ve, por un ‘Santiagueñazo’ como en el ’93”

Al grito de “Y ya lo ve, por un santiagueñazo como en el ’93”, 2.000 trabajadores y jubilados, convocados por la “Coordinadora de Gremios en Lucha”, y por la “Multisectorial”, se concentraron para celebrar el primer mes del “santiagueñazo”, y para reclamar la derogación de la “Ley ómnibus”, la reincorporación de todos los cesantes, pago inmediato de todas las deudas salariales, el no traspaso del sistema previsional. En la concentración se hicieron presentes una importantísima columna de jubilados, sectores de varias reparticiones dirigidas por ATE, un sector de la docencia que responde a los “autoconvocados”, delegaciones de varios barrios y del interior, como asimismo un grupo de monjas y curas. Hicieron uso de la palabra el cura Hisse, que es el coordinador de la Pastoral Social, la secretaria de ATE, Alba Luna del Castillo, y luego, cuando se marchó hacia la casa de gobierno, cerró el acto el dirigente de los jubilados provinciales. El día domingo 16 la celebración del “santiagueñazo” continuó con un festival, del que participaron importantes artistas populares y contó con una importante concurrencia.


La realización del acto fue una derrota de la Intervención que, por todos los medios, procuró frustarla. Se le dio vuelo a la versión de Menem de que en el Santiagueñazo actuaron “activistas subversivos” y hasta militantes de Sendero Luminoso, con la intención de meter miedo en la gente. A esta campaña se sumó Zavalía, quien señaló que en Santiago estaban creadas las condiciones para el surgimiento de la guerrilla. Por otro lado, la Intervención aceleró los pagos de la deuda salarial y un día antes del acto anunció el pedido de captura para Mujica y otros funcionarios, cuestión que… un día después del acto, se informó que por falla en la policía, esos políticos fueron preavisados y no se los pudo detener.


Pero la Intervención no estuvo sola, el PJ y la UCR llamaron a boicotear el acto al igual que la burocracia de la CGT. En el mismo sentido se pronunció la Cámara de Comercio, lo cual colocó en crisis a la “Multisectorial” (La Multi se formó luego del Santiagueñazo, entre los gremios de la Coordinadora, centros vecinales, sectores vinculados a la Iglesia, y la Cámara de Comercio), pero también a la propia Cámara de Comercio, pues un sector de sus afiliados decidió desacatar la orden boicotista, y marcharon con los trabajadores.


La profundidad del proceso político que se abrió con el “Santiagueñazo”  ha empantanado prematuramente los planes políticos de la Intervención, como lo demuestra el fracaso en su intento de paralizar el proceso de lucha de los trabajadores y las dificultades para organizar una salida política en el plazo de 150 días, lo que ha llevado al propio Menem a anunciar la posibilidad de posponer los plazos de la Intervención. Este anuncio coincidió con la publicidad de una encuesta que colocaba la imagen de Leo Dan con índices negativos, siendo el farandulero manosanta, una de las cartas políticas del menemismo. Esto ha reabierto con fuerza la interna en el PJ, donde los viejos caudillos quemados son los que quieren poner a sus chirolitas, para seguir dominando en la política provincial. En la UCR se ha abierto una crisis similar, con la aparición de tendencias que se identifican con el santiagueñazo, oponiéndose a Zavalía.


Por otro lado, el proceso de lucha no se ha disipado. En el interior, en varios municipios, los obreros municipales están de paro, reclamando el pago de las deudas salariales, y el malestar persiste en muchas reparticiones estatales, como en Recursos Hídricos, que ante versiones de que se desmantelaría, se puso en pie una Comisión Gremial de Bases.


Los trabajadores santiagueños ven que el interventor está pagando parte de la deuda salarial, pero se niega a derogar la “ley ómnibus”; en varios ámbitos está procediendo a recortar conquistas, como ocurrió con los bancarios, donde se eliminaron una serie de bonificaciones, y mantiene las cesantías y disponibilidades que Lobo estableció con la “Ley ómnibus”. En varios gremios, la dirigencia burocrática está siendo cuestionada, como ocurre en ATSA, en docentes, y hasta en ATE, por diversos sectores del activismo, que han tomado como bandera de diferenciación el apoyo consecuente al santiagueñazo.


Por relación a todo este proceso, la Coordinadora de Gremios en Lucha y ATE tienen sobre sus espaldas la responsabilidad de centralizar no sólo los reclamos inmediatos de los trabajadores, como se reflejó en las reivindicaciones levantadas en el acto, sino también levantar un programa que dé una salida de conjunto a la crisis provincial, y por lo tanto a las reivindicaciones de los trabajadores. Para ello se debería convocar a un Congreso de Trabajadores y sectores populares dispuestos a impulsar la lucha contra la Intervención, para que allí se pueda debatir un programa y la acción que coloque a los explotados santiagueños como alternativa de poder frente a la Intervención patronal.