Políticas

24/9/1999|643

Zulema los desenmascaro a todos

La digna actitud de Zulema Yoma de declarar que tuvo un aborto cuando estaba casada, no solamente desenmascara la hipocresía de Menem e incluso del clero. Las declaraciones de Zulema han servido para demostrar que la campaña contra el derecho al aborto busca reforzar la opresión de la mujer trabajadora, la cual, a diferencia de Zulema, no tiene ningún medio de protección a su alcance.


Por sobre todas las cosas, Zulema Yoma ha desnudado algo peor que la hipocresía, si esto incluso fuera posible; ha desnudado la mediocridad espiritual de la Alianza, su irrevocable carácter reaccionario.


Es que Zulema declaró “yo aborté” cuando la Graciela Fernández Meijide y las restantes ‘mujeres’ de la Alianza dicen que el tema del derecho al aborto no debe discutirse en una campaña electoral. ¿Cuándo, entonces? ¿Cuando el tema se pueda ventilar entre las paredes del corrupto parlamento sin la molesta injerencia de la decisión popular?


Menem insulta a la mujer que alguna vez tuvo que recurrir al aborto. Zulema le contesta: “Yo aborté”. ¿Qué dice la Meijide? “De eso no hay que hablar”. ¿No es esta respuesta una perfecta canallada? De lo que Meijide no quiere hablar es de sus compromisos con el clero y los de De la Rúa con los Primatesta.


400.000 mujeres recurren al aborto clandestino por año en la Argentina. ¿De esto no hay que hablar? Pero si la mujer no habla o no la dejan hablar, ¿cómo puede siquiera empezar a resolver este conflicto? El derecho a la asistencia médico-social gratuita para la mujer que quiere abortar no solamente garantiza su protección y su salud sino también la posibilidad de hablar acerca de sus razones y motivos. PARA EL PARTIDO OBRERO, LA MUJER DEBE TENER EL DERECHO UNIVERSAL A LA MATERNIDAD, es decir que el Estado debe hacerse cargo de la solución de todos los problemas sociales, habitacionales, de atención sanitaria y sicológica, de sustento, que enfrenta la mujer que quiere ser madre, incluido el derecho a toda la atención si desea interrumpir su embarazo.


La libertad de elegir empieza por crear las condiciones sociales de esa libertad.