Polo Obrero

11/4/2002|749

Control obrero de la seguridad industrial o genocidio capitalista

El gobierno de Japón financió un estudio ambiental en Avellaneda, con epicentro en el Polo Petroquímico de Dock Sud, que no logró descubrir lo que la piel, los huesos y los órganos de la población de este sufrido barrio obrero tienen absolutamente registrado con sus muertos y enfermos por el envenenamiento de la tierra, el aire y el agua.


No es una novedad y está registrada en la película Dársena Sud: el Docke es “zona liberada” de todo tipo de control; los gobiernos nacional, provincial o municipal son impotentes para imponerles a las patronales cualquier regla que ponga coto a la destrucción del medio ambiente y la vida humana. Las gruesas irregularidades están a la vista: hay un puerto propio (Puerto Piojo) desde donde se embarca y desembarca a pedido, bajo la “atenta” mirada de la Prefectura. Existen empresas (Exolgan, por ejemplo) que reciben y envían containers cuya carga es desconocida para la autoridades. Hace pocas semanas, fueron descubiertos (por una pérdida de líquidos) que había en depósito desechos químicos peligrosos importados desde Europa (basura nuclear). Incluso las empresas que operan en la zona (más de cincuenta) “no están registradas ni por la Secretaría de Política Ambiental de la Provincia de Buenos Aires, a cargo de la fiscalización, ni por la Prefectura Naval Argentina, seguridad del Polo; ambas instituciones aseguran que son 22 las empresas instaladas en la zona” (Clarín, 21/3).


Los técnicos del “Plan de Monitoreo de contaminación ambiental” de la empresa Dock Norte SA detectaron la existencia de gases cancerígenos, como el benceno. “Sin embargo, los especialistas aclararon que las mediciones no permiten determinar si esas emanaciones afectan la salud de la población. Algo que no dejó muy tranquilos a los vecinos de la zona, que estuvieron en la presentación del informe, considerando que el estudio no responde a las expectativas que tenían a raíz de los casos de cáncer, problemas de piel y broncopulmonares que se registraron en la zona” (Página/12, 21/3).


Varias de estas mediciones ya fueron hechas por el propio municipio durante buena parte del año pasado, sin que esto le diera razones suficientes para enfrentar a los monopolios petroleros, que conocen el “arte” de dominar censores y monitoreos y a quienes los manejan.


Nuestra propuesta


• Que se abran los libros de la municipalidad para investigar: a) El resultado de todos los desastres ecológicos, muertes incluidas, durante el gobierno de Baldomero Alvarez; b) Qué pasó con las mediciones, estudios y monitoreos anteriores; c) Situación impositiva de los últimos diez años de las empresas del Polo Petroquímico.


• Indemnización y tratamiento médico y medicamentos para los afectados, a cargo de los contaminadores.


• Estatización bajo control obrero de las empresas que contaminen.


• Que se formen Coordinadoras de Seguridad Industrial en todas las fábricas del Polo, integradas por obreros y vecinos para terminar con la seguridad ambiental.