Polo Obrero

23/5/2002|755

Hay una salida obrera a la crisis

Unir los piquetes y las cacerolas para arrancarla

Aprobado por unanimidad de los 528 delegados Avellaneda, 18 de mayo de 2002

El primer Congreso del Polo Obrero ha sido el testimonio de la nueva etapa histórica en la vida del país.

 

En los centenares de delegados y los miles de trabajadores reunidos en el Estadio José María Gatica de Avellaneda el sábado 18 de mayo, se hizo patente el enorme avance de la clase obrera, expresado en forma multitudinaria el 1º de Mayo en Plaza de Mayo. Ha nacido una clase obrera piquetera, que puede convertirse en la dirección de un movimiento de masas que acabe con la dominación de la burguesía saqueadora y hambreadora.

 

No nace hoy. Es la continuidad del Santiagueñazo, del Cutralcazo, de los levantamientos en Tartagal y General Mosconi, de las huelgas generales sostenidas por los piquetes.

 

No nace hoy y ha partido al país en dos. La Argentina capitalista y la Argentina piquetera. La Argentina de Duhalde y Alfonsín, del sometimiento al FMI, del nacionalismo trucho, del hundimiento nacional y la degradación del pueblo trabajador. O la otra, la que puede y debe desenvolverse como una alternativa al régimen político capitalista actual. La que enarbola el reclamo común de ¡que se vayan!, porque en la Argentina está planteada una cuestión de poder.

 

¿Qué significa que está en juego una cuestión de poder? Que las reivindicaciones más elementales de la clase obrera y los explotados son incompatibles con la política oficial y con la subsistencia de un gobierno agente del FMI y de los privatizadores. Que, por lo tanto, es necesario plantear una perspectiva política propia.

 

Por otro 19 y 20 de diciembre

 

La Argentina vive un cuadro de descomposición en la economía y política capitalistas. No es una catástrofe natural, es, como decimos, una crisis de poder que tiene su raíz en las contradicciones y antagonismos insalvables del capital. El 19 y 20 de diciembre, las masas en la calle, entre ellas este Polo Obrero y el Bloque Piquetero Nacional, tumbaron el gobierno de la Alianza, intervinieron con peso propio en esta crisis y abrieron una situación revolucionaria.

 

¿En qué punto nos encontramos en el momento actual? Vivimos un momento dramático por los golpes que la descomposición de la sociedad capitalista está asestando a los trabajadores, pero vivimos al mismo tiempo un momento excepcional para asestarle un golpe definitivo a la sociedad capitalista y terminar con el hambre, la miseria y la explotación.

 

Por eso el Congreso del Polo Obrero llama a actuar para poner fin a esta situación señalándole a los trabajadores el camino del poder político, para “que se vayan todos”, Duhalde, el Congreso, las legislaturas, intendentes y concejos, para reemplazarlos por Asambleas Constituyentes en la nación, las provincias y los municipios que reorganicen social, económica y políticamente al país, expropiando a los expropiadores.

 

La clase capitalista no puede darle salida a esta crisis sin un agravamiento de la misma, al costo de un sacrificio inmenso: más desocupación, salarios de 150 pesos, ajuste del presupuesto, despido de 400.000 empleados públicos, es decir sumar a esta desocupación una tasa de 10 puntos más, lo que equivale a unos cuatro millones más de trabajadores.

 

Pero hay otra salida: la apertura de fábricas bajo control de los trabajadores a cargo del Estado, el reparto de las horas de trabajo para que existan cuatro turnos laborales y entren los obreros a trabajar. La reestatización de las privatizadas y de todos los pulpos, en primer lugar la banca, para que, bajo control de los trabajadores, se devuelvan los ahorros y el dinero depositado se use para financiar la producción y la reactivación del país.

 

Pero el Estado interviene para rescatar a los capitalistas, es un Estado capitalista. Este Estado no va atacar a los bancos, no va a nacionalizar YPF para que, en lugar de producir para el exterior y llevarse la plata de las exportaciones, deje el dinero en el país y sirva para financiar su reconstrucción. Este Estado no va a dejar de pagar la deuda externa.

 

El Congreso del Polo Obrero impulsa una nueva rebelión popular, a escala de los municipios, las provincias y la nación. Y que esta rebelión popular tiene que hacerse con la consigna de que se vayan todos y asuma el poder la Asamblea Constituyente, para tomar las riendas del Estado, dirigir la economía, la producción, la cultura y discutir todos los días la marcha de esa gestión. Para abrir el camino a la consigna que presidió nuestro acto del 1º de Mayo: “Que gobiernen los trabajadores”.

 

Somos una alternativa

 

El Congreso del Polo Obrero advierte que se trata de una crisis internacional, con la bancarrota capitalista ingresando en Uruguay y Brasil y los trabajadores enfrentándola con los métodos de nuestra clase obrera piquetera: masivos “cacerolazos” se iniciaron en la vecina orilla.

 

Hemos debatido el agravamiento de la crisis en estas mismas horas. Existe una guerra declarada entre los principales bandos capitalistas que intenta resolverse con conspiraciones y golpes de Estado, y existe un ultimátum de los bancos para arrancar la confiscación definitiva del ahorrista en beneficio del gran capital (a través del plan Bonex u otro camino). Para el pueblo no hay aumento salarial ni medicamentos. Pero los bancos han recibido miles de millones de dólares de redescuentos que han vaciado aún más las reservas del Banco Central. Los dólares y los pesos no están para los trabajadores, que cobran su miserable subsidio en Lecop, pero sí para el Galicia, el Citi o el Santander.

 

El Congreso del Polo Obrero denuncia la impotencia y el entreguismo de las fuerzas políticas patronales (PJ, UCR, ARI, Frenapo), cómplices y ejecutoras del saqueo capitalista. Denuncia la conspiración golpista que opera detrás del planteo de llamar a elecciones anticipadas y advierte sobre la trampa que supone, porque no pasa de una promesa para dar paso a un régimen de fuerza contra las masas y porque esas elecciones de ningún modo serán libres. Los que hacen el cuento de la “línea nacional y popular” son los artífices de la devaluación, de la impotencia frente a la crisis y de la tregua del movimiento popular frente al gobierno Duhalde. No son responsables de un solo gesto de lucha antiimperialista real.

 

Qué hacer

 

Los piqueteros se han revelado como la fuerza histórica más conciente en esta crisis. No hay político, no hay sector empresarial que pueda rivalizar con el movimiento piquetero en materia de programa y de salida expresados en la Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados. El Congreso del Polo Obrero llama a convertir a la clase obrera en lucha en la alternativa de poder, y contraponer esta perspectiva a todas las políticas que plantean la perpetuación del régimen.

 

Los trabajadores hemos desplegado una enorme creatividad para enfrentar la catástrofe que viven nuestras familias. El Polo Obrero se ha empeñado en ellas: participamos de merenderos, comedores populares, huertas, proyectos de trabajo comunitario, emprendimientos productivos, asentamientos en tierras, entre otros.

 

Somos concientes de que el objetivo de los trabajadores no puede reducirse a un plan trabajar o una bolsa de comida, tomamos esos paliativos como escalón de una lucha cuyo horizonte apunta al puesto genuino, al convenio colectivo, al salario equivalente a la canasta familiar, al control obrero de la producción y la comercialización, al reparto de horas de trabajo y a la propiedad estatal bajo control de los trabajadores. Las organizaciones que se limitan a la administración de los miserables planes de empleo tienden a asimilarse al Estado y al punterismo, perpetuando la esclavización y con ella la depresión de los salarios y la destrucción de los convenios.

 

Llamamos a desenvolver todos los esfuerzos en la expulsión de la burocracia y la recuperación de los sindicatos para la clase obrera. La “unión” de la burocracia de las CGT es el intento de volver a colocar a los sindicatos detrás de una de las variantes de la política patronal. Los paros de la CGT disidente y la CTA son truchos, carecen de continuidad, no quiebran la tregua pero revelan, a la vez, que no pueden desconocer la presión que se incuba en el seno de las masas. Frente a la catástrofe capitalista, la tarea es organizar la huelga general.

 

Llamamos a desenvolver la unión de trabajadores ocupados y desocupados, porque unos y otros son la expresión de una misma clase social. A desenvolver el programa reivindicativo que comprenda a unos y otros: aumento general del 50%, salario mínimo de 600 pesos y subsidio de 500 indexados desde diciembre, no a los despidos y suspensiones, reparto de las horas de trabajo, reapertura de las fábricas, aumento y extensión del programa para “jefes y jefas” de hogar, no a la suplantación del trabajo genuino por los planes de empleo, todos bajo un mismo convenio. Llamamos a actuar por la libertad de los presos sociales y políticos y el cese de los procesos a los luchadores, y a oponer la organización y la movilización popular a las patotas a sueldo de los gobernantes y burócratas sindicales, a luchar por el juicio y castigo de los asesinos de nuestros muertos y heridos.

 

Llamamos a convertir la Asamblea Nacional de Trabajadores del próximo 8 de junio en un colosal agrupamiento de la clase obrera en lucha. Llamamos a la FTV-CCC a romper sus acuerdos con el gobierno a espaldas de los trabajadores y sumarse a la unión independiente y en lucha de la clase obrera piquetera. Llamamos a la CTD Aníbal Verón a convocar en común con el Bloque Piquetero esta Asamblea Nacional, para dar paso a una nueva etapa en la capacidad de acción y en la intervención política. Llamamos a impulsar al movimiento piquetero al trabajo en común con las asambleas populares, para forjar un frente de los explotados bajo dirección de la clase obrera.

 

Llamamos, finalmente, a los trabajadores, a sumarse al Polo Obrero, escuela de lucha política y reivindicativa contra el régimen capitalista, de organización política de los explotados, de lucha por el gobierno de los trabajadores para acabar con la explotación del hombre por el hombre en la Argentina y en el mundo, y de construcción de su propio partido de clase.