Salud

14/5/2020

3.646 casos de dengue en Córdoba: el gobierno fracasa en frenar la epidemia

Barrio Nicolás Avellaneda, en Villa María.

Acorde a los últimos datos del Ministerio de Salud de Córdoba, ya son 3.646 los casos de dengue en la provincia.


La cartera informó que se habían notificado 327 nuevos contagios, 41 más respecto al reporte de la semana anterior. En 85 barrios de Capital hay tres o más casos autóctonos.


De este modo, la tendencia a la baja que había comenzado en el mes de abril se detuvo. Queda de manifiesto que el gobierno está fracasando en frenar la epidemia, que a medida que continúa pone en riesgo la salud de todos los cordobeses.


Más aun, “a los estudios que confirman mutaciones” en los mosquitos “que los hace más resistentes y poderosos, se le sumó la capacidad de sobrevivir a bajas temperaturas y a atravesar con vida, los huevos, todo el invierno” (Cba24, 5/5). La investigadora de la UBA Sylvia Fischer señala que el Aedes Aegypti “tiene huevos resistentes a la sequía que pueden durar fuera del agua varios meses tranquilamente. Y, si después de varios meses se mojan y de ahí nacen las larvas, pueden perfectamente completar el ciclo de desarrollo”. 


Fischer advierte que “si llega una mayor cantidad de huevos, en buenas condiciones, al final de la temporada fría, tenemos la posibilidad que un mayor número de larvas eclosionen al inicio de la temporada cálida. Entonces, podemos tener un incremento poblacional más rápido, al inicio de la primavera” (ídem, 284/)



Va quedando clara entonces la necesidad de tomar medidas que enfrenten integralmente la epidemia. Contando con información previa, los gobiernos no han actuado en consecuencia –el de Córdoba, incluso, había sostenido públicamente que esta epidemia era más peligrosa que el Covid-19, pero sin que ello llevase a un plan de conjunto para enfrentarla.


Cabe observar que el planteo de las fumigaciones masivas contra el mosquito se ha demostrado insuficiente en todo el mundo. En primer lugar, porque solo afecta a los adultos sin afectar a los huevos, por lo que a los pocos días ya habrá nuevos adultos. En segundo lugar, porque se trata de un mosquito exclusivamente asociado a las viviendas que se cría en recipientes artificiales con agua y no en zanjas, lagunas, charcos, ríos, así que las fumigaciones en las calles no llegan a afectarlo.


Detrás de los planteos de fumigación, se encuentra el lobby de empresas a las que el gobierno le tercerizó esa tarea. Y por supuesto de grandes monopolios como Johnson & Johnson, que producen los insecticidas y financian campañas para imponerlos con la venia estatal.



La epidemia del dengue vuelve a poner de manifiesto la enorme problemática sanitaria de nuestro país. Es fundamental la organización de los trabajadores y trabajadoras para exigir medidas estatales para frenar su expansión: distribución gratuita de repelentes; plan de fumigación y descacharrización; programa real de urbanización; aumento de presupuesto acorde para la salud pública, que contemple un plan de obras y de reabastecimiento para todos los centros sanitarios.


No al pago de la deuda externa usuraria. Sí a la salud pública, gratuita y de calidad.