Este sábado 11 se confirmó que la jefa de la guardia del Hospital Zubizarreta, en el barrio porteño de Villa Devoto, dio positivo a un testeo PCR de Covid-19, luego de ser aislada por presentar síntomas sospechosos.

Por los cientos y cientos de contagios en el personal de salud, lamentablemente situaciones como esta no son una novedad. En el Zubizarreta, hace ya dos meses, se había contagiado la jefa de la terapia intensiva. Si se tiene presente que en aquel entonces se había procedido al cierre del servicio y al aislamiento de todo su personal, la novedad es que en esta oportunidad no se aisló a nadie más que a la propia trabajadora infectada, por considerarse que no hubo ningún contacto estrecho.

¿Refuerzo del sistema de salud o de la exposición de sus trabajadores?

El hecho de que no se aísle a nadie más poco tiene que ver con que se haya reforzado el sistema de salud y mejorado las herramientas para prevenir los contagios entre sus trabajadores. Nada más lejos. Los déficits en la formación de cohortes, así como el rechazo o la demora en las licencias, tienen como telón de fondo la falta de personal, porque la incorporación de nuevos trabajadores es mínima y con escasa capacitación. Los bajos salarios fuerzan a ampliar la jornada laboral con módulos, guardias o pluriempleo, agregando exposición. El hacinamiento en los espacios de trabajo y descanso, así como la mala calidad y el uso del mismo Equipo de Protección Personal (EPP) más tiempo del recomendado, refuerzan el cuadro.

Lo que cambió es que el gobierno nacional y el de Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad flexibilizaron los protocolos en el sistema de salud, restringiendo los aislamientos y limitando la definición de contacto estrecho. Para que se otorgue un aislamiento por esa causa, los trabajadores deben “autoincriminarse”, firmando una declaración jurada donde asumen haber estado en algún momento sin EPP, lo cual en muchos casos es inevitable frente a las larguísimas jornadas de trabajo. Incluso si esto no sucede, la dotación de EPP vigente no neutraliza la posibilidad de contagio. Así, abundan los casos donde se niegan aislamientos por contacto estrecho que concluyen en hisopados positivos tras presentar síntomas.

Los testeos rápidos, un fraude

Uno de los argumentos con los que Rodríguez Larreta se ufana de prevenir los contagios en el personal de salud es el testeo semanal mediante pruebas serológicas, algo saludado por el propio Alberto Fernández. El caso de la jefa de la guardia del Zubizarreta muestra que, como hemos señalado previamente, estos testeos no sirven como herramienta de prevención. Unos días antes de presentar síntomas y tener un resultado positivo en el testeo PCR, el resultado del testeo serológico fue negativo. En tanto los testeos rápidos miden la presencia de anticuerpos y no del virus, llegan tarde. Solo sirvieron como caballo de troya contra los aislamientos, mediante una falsa sensación de seguridad.

Intervenir

El sistema sanitario hoy se encuentra en su momento de mayor saturación. El tan mentado “reforzamiento” del sistema no pasó la prueba y los gobiernos responsables de esta situación buscan descargar la crisis sobre los trabajadores. Los elevados niveles de circulación, producto de todas las excepciones que se dieron a las patronales para la producción y el comercio, no prometen un panorama mucho mejor. El propio Hospital Zubizarreta pasó de tener camas libres a que se ocupen casi todos los respiradores, experimentando esta saturación.

Frente a este escenario, este miércoles 15 distintas organizaciones gremiales y asociaciones profesionales convocan una jornada de lucha de los trabajadores de la salud. Desde Tribuna Municipal consideramos que es una oportunidad para intervenir en cada sector con los reclamos generales y específicos, exigiendo que se respeten los aislamientos y se dé satisfacción a las reivindicaciones urgentes del momento.