El Centro de Operaciones de Emergencia (COE) regional dispuso que Deán Funes reciba pacientes asintomáticos de Covid, según testeos preliminares. De esa manera, en el Hospital Ernesto Romagosa y en las cabañas del balneario municipal Luis Sivilotti se alojaran personas portadoras de la enfermedad, quienes permanecerán en esos lugares hasta recibir los resultados de los hisopados definitivos. La ciudad es la cabecera del departamento Ischilin a 119 km de Córdoba capital.

El subsecretario de Salud de la Municipalidad de Deán Funes, Javier Ocanto, declaró: “en el caso de que sean positivos será trasladados al hospital Vicente Agüero” de Jesús María (miraelnorte.com.ar). De acuerdo a la citada fuente, se tomó esta decisión “a raíz de la cantidad de casos detectados a través de los testeos rápidos en los controles sanitarios de Lucio V. Mansilla y Villa de María de Rio Seco”.

Cabe aclarar que en las ciudades mencionadas no hay casos autóctonos, sino que hay una saturación de positivos en los controles apostados en Lucio V. Mansilla y Villa de María de Río Seco, en donde se controla a quienes ingresan a la provincia por las rutas 9 y 60.

De acuerdo al mencionado medio de información, ya hay una saturación de casos en Villa María de Río Seco y Lucio V. Mansilla. A medida que la cuarentena se fue flexibilizando el mapa de la provincia se fue pintando de rojo. La decisión tomada es un riesgo, y más cuando no es una problemática local de la ciudad de Deán Funes, ya que a este centro urbano llegan de todos los sectores del norte cordobés, puesto que es el centro económico, jurídico y sanitario del norte provincial.

En la ciudad de Deán Funes solo existen un centro de internación privado y el hospital regional, que no escapa de las carencias de la salud publica en toda la provincia. La decisión política tomada representa un riesgo regional. Porque el virus se podría expandir en el note provincial no por negligencia de los ciudadanos sino por la irresponsabilidad de quienes gobiernan. En Jujuy medidas similares posibilitaron brotes en zonas sin contagios.

Vale traer a colación que durante todos estos meses se dijo que con la cuarentena se tomarían las medidas para mejorar el sistema de salud, en Dean Funes eso tampoco sucedió. Del olvidado norte cordobés ahora se acuerdan quienes gobiernan pero solo para ponerlo en un riesgo mayor.

El hospital regional Ernesto Romagosa, encargado de la recepción de pacientes del norte provincial, no alcanza a cubrir la demanda de atención médica con el personal que cuenta; y para peor, algunos de los profesionales fueron trasladados a hospitales de la ciudad de Córdoba. El nosocomio de la ciudad solo cuenta en la terapia intensiva con cuatro respiradores. También se usará el predio del balneario municipal para alojar pacientes asintomáticos, el lugar no posee infraestructura adecuada. Además, para llegar a estos centros hay que atravesar toda la ciudad, con los riesgos que esto trae y más cuando el personal no cuenta con el equipamiento de protección y prevención.

Esta decisión cuenta con el aval del intendente, Raúl Figueroa, el mismo que por beneficio personal y con el afán de perpetuarse en el poder, dejó sin efecto la carta orgánica municipal votada en la última constituyente, contando con la complicidad del Ejecutivo provincial y la Justicia.

Todas las demandas de las y los trabajadores de la salud deben ser respondidas de manera urgente, y reforzar las medidas de bioseguridad. Llamamos al pueblo trabajador a intervenir en defensa propia, esta crisis económica y sanitaria no puede seguir descargándose sobre el pueblo trabajador.