Salud

28/2/2021

¡Defendamos la salud y nuestros derechos con la lucha!

Contra el régimen  VIP de funcionarios, sindicalistas y empresarios. Declaración del Encuentro Nacional organizado por Tribuna de Salud.

Con más de 150 trabajadores de todo el país, se realizó este sábado 27 el Encuentro Nacional de Tribuna de Salud. Compartimos la declaración votada y el video con la apertura de Gabriel Solano y las principales intervenciones.

A casi un año de la llegada de la pandemia que ha puesto en evidencia la precariedad del sistema de salud de nuestro país y de las condiciones laborales de sus trabajadores nada ha cambiado.

Por el contrario, el escándalo del vacunatorio VIP que eyectó al ministro de Salud desnudó un régimen de privatización y privilegios de quienes utilizan el Estado y la salud para su propio beneficio y el de sus amigos empresarios y burócratas sindicales.

Mientras en la Caba las vacunas son distribuidas a las empresas de salud privadas convirtiéndolas en un privilegio para quienes pueden pagarla.

El contraste con los trabajadores de la salud es total: estuvimos y estamos en la primera línea de combate padeciendo el pluriempleo, la precarización del trabajo y el hundimiento de nuestros salarios y apenas han vacunado a la mitad de nosotros.

El gobierno nacional y los provinciales nos han declarado “esenciales” pero no revirtieron ni una sola de estas condiciones, ni tomaron medidas de fondo para fortalecer el sistema de salud. Así la atención recae completamente sobre nuestro sacrificio y el de nuestras familias.

Pese a esta realidad inocultable, el gobierno nacional y los gobernadores pretenden presentar su gestión de la pandemia como exitosa porque “atendió lo urgente”.

Pero los números marcan otra cosa: Argentina se encuentra entre los países con mayores contagios (más de 2 millones) y una tasa de mortalidad que supera ya largamente los mil muertos por millón de habitantes, esto todavía cuando resta ver los efectos de la segunda ola.

Fernández y Ginés González se justificaron porque “no se puede revertir en un año un vaciamiento sanitario de décadas”.

¿Pero no son todos ellos los mismos que gobernaron en las últimas décadas?

Son los responsables de un  sistema sanitario en ruinas, fragmentado y privatizado que ha transformado a la salud en un negocio capitalista más. Así, se la niega como derecho inalienable de la población.

La precarización y el vaciamiento en el hospital público alimentan el enorme negocio de la salud privada, defendida tanto por el oficialismo nacional como la oposición patronal.

Los Belocopitt y sus socios, tanto empresarios como burócratas sindicales que manejan las obras sociales, pugnan por una mayor asistencia estatal y privatización del sistema público, recorte de prestaciones obligatorias y aumento de tarifas, mientras superexplotan a los trabajadores de sanidad con la complicidad de la burocracia de Daer y West Ocampo.

Las alusiones que ha hecho la actual vicepresidenta a avanzar en un plan de centralización del sistema de salud son muy llamativas, dado que ella y su esposo gobernaron durante 12 años y nada hicieron al respecto. De los papers presentados surge que se trata de un planteo ajustador, que busca utilizar los fondos de las obras sociales para financiar el hospital público, que debe ser sostenido por el propio Estado a partir del cobro de los impuestos. Finalmente, detrás de este planteo, busca reducirse el presupuesto de salud en la línea de lo que reclama el FMI.

La centralización de todo el sistema, unificándolo de modo tal que permita prestar una asistencia universal, gratuita y de calidad es incompatible con estos gobiernos capitalistas y ajustadores.

La escasez de vacunas retrata a una Argentina semicolonial, incapaz no solo de producirlas sino que para acceder a ellas depende de pactos secretos con los monopolios farmacéuticos, laboratorios y las potencias que dominan el mundo siendo rehén de sus choques y disputas.

El desmantelamiento de la producción estatal de vacunas viene de larga data y fue llevada adelante por todos los gobiernos sin excepción. Ahora mismo, las investigaciones nacionales para fabricar una vacuna contra el Covid dependen del financiamiento que aporten los laboratorios privados, ya que el Estado se desentiende de ello.

¿No es necesario terminar con este régimen VIP que utiliza la salud y el esfuerzo de sus trabajadores para los negocios privados?

Es claro que  la defensa de  la salud y de sus trabajadores no puede quedar en manos de los funcionarios del gobierno y sus amigos.

Tampoco de las burocracias de los grandes sindicatos del ámbito de la salud como ATSA en el ámbito privado y UPCN, ATE o Sutecba en el público que están completamente integradas al gobierno o los empresarios. En lugar de defender nuestros reclamos firman las paritarias a la baja y desmovilizan a los trabajadores.

Como ha quedado demostrado en un año de intensas luchas, los trabajadores de la salud debemos tomar en nuestras manos esta tarea.

A través de autoconvocatorias y con paros, caravanas, movilizaciones y acampes, los trabajadores de la salud demostramos que hay voluntad y fuerza para dar esta lucha.

Como los miles que salimos en todo el país por la recomposición  de nuestros salarios.

Como los residentes y concurrentes de Caba, Nación y Provincia que conmovieron al país con grandes movilizaciones contra la superexplotación y precarización.

Las enfermeras y enfermeros que pusieron de manifiesto con la lucha el pluriempleo y la discriminación profesional que padecen.

O lxs prestadores precarizadxs que durante todo el 2020 sostuvieron asambleas para no dejar pasar los recortes que las obras sociales pretenden imponer, y peleando en la calle con movilizaciones a nivel nacional por los aumentos de los honorarios.

Luchas que debemos profundizar. Y para eso es necesario recuperar los cuerpos de delegados, juntas internas y sindicatos como una herramienta de lucha en defensa de nuestros intereses.

Poniendo en pie listas y agrupaciones independientes y combativas para lograrlo a la par de las autoconvocatorias y los movimientos de lucha.

Tribuna de Salud como agrupación clasista de los trabajadores de la salud se propone colaborar en todo el país para llevar adelante esta tarea.

Para desarrollar, además, un programa de salida a la crisis sanitaria del país y a la precarización laboral y el hundimiento de nuestro salario.

Por un plan de lucha nacional de los trabajadores de la salud.

  • Reapertura de paritarias ya: la recomposición salarial del personal de salud es urgente. El salario inicial debe ser igual al costo de la canasta familiar ($85000 según la interna del INDEC). Es inaceptable que haya trabajadorxs bajo la línea de pobreza. 
  • Vacunas para lxs trabajadorxs, no para los amigos del poder: el plan de vacunación debe ser controlado por el personal de salud, a escala general y de cada efector, para establecer criterios transparentes y democráticos. Por el empadronamiento de todxs lxs compañerxs sin vacunar, para organizar la lucha. Las patentes son criminales: por su eliminación y la producción pública en masa de las vacunas necesarias.
  •   Comités de higiene y seguridad conformados y electos en cada hospital.
  •  Por el reconocimiento de las condiciones insalubres y la reducción de la jornada sin afectar el salario
  • Pase a planta de contratadxs y tercerizadxs. Basta de precarizar a lxs prestadorxs.
  •  Satisfacción de las demandas de residentes y concurrentes.
  • Basta de discriminar a enfermería: es profesional. Reconocimiento de todas las tareas apartadas injustamente de escalafones y carreras.
  • Por un gran paro y movilización el próximo 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora
  • Por la centralización del sistema de salud en un comando único de representantes electos. Esto, en camino de un sistema único, universal, público y gratuito.