Salud

24/8/2018

El ajuste macrista y la vacunación obligatoria: suspenden refuerzo contra la meningitis

La salud de la población trabajadora, subordinada al FMI.

El gobierno nacional decidió restringir la provisión de la vacuna contra el meningococo y la eliminación del necesario refuerzo que se administra a los chicos y chicas a los 11 años, luego de las dosis correspondientes a los 3, 5 y 15 meses. 


La decisión se conoció porque desde varias provincias informaron que el Ministerio de Salud de la Nación había enviado una nota en la que decía que había tomado esa decisión por “la escasez de dosis necesarias para completar el calendario de vacunación” y por los “altos costos de importación” de la vacuna. Y que, para chicos y chicas de 11 años, no estará en el calendario vacunatorio de este año.


El laboratorio GSK, encargado de proveer la vacuna, dijo que el abastecimiento para el mercado público “es normal” y que “no hay demoras en la entrega de los lotes de vacunas requeridos” (Pag12, 24/8). Es decir que la razón que determina la eliminación de esa última y necesaria dosis, es el ajuste presupuestario que no se detiene ni ante el cuidado de la salud de los niños.


La medida fue cuestionada por distintas entidades vinculadas con la prevención y la salud, como la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), la Fundación Huésped y la Sociedad Argentina de Pediatría, que planteó que “si no nos vacunamos, las enfermedades prevenibles con vacunas, pueden llegar a resurgir”. 


El ajuste puesto en marcha por el macrismo, acentuado por el desembarco del FMI, incluye un ataque a fondo contra la atención de la salud de la población trabajadora. La desidia a la que están sometidos los hospitales, tanto en materia edilicia, como en insumos, dotación y salarios, son una expresión de ello.


Respecto del tema de las vacunas, hace un año, en junio de 2017, una diputada de Cambiemos presentó un proyecto para quitar del calendario respectivo las aplicaciones obligatorias a los niños. El motivo expresado fue por “los riesgos” que las vacunas pueden tener sobre la población que las percibe. Estos “riesgos” fueron desmentidos por innumerables estudios científicos. Bajo un argumento falaz, se pretendía achicar los fondos destinados a la prevención de enfermedades, lo que ahora se concreta en el caso de la vacuna contra la meningitis.


La vacunación obligatoria ha erradicado enfermedades como la viruela y controlado el contagio de la rubéola o la polio, entre otras. Además, cobra especial relevancia por su efecto rebaño: esto quiere decir que no sólo previene al vacunado de enfermarse, sino que también previene a la población en su conjunto de que colonice el microorganismo y entonces disemine por contagio directo. 


A contramano de esto, el incumplimiento del calendario de vacunación ha puesto otra vez en emergencia la reaparición de sarampión. En julio de este año aparecieron dos casos en nuestro país, en menores de 5 y 6 meses.


Los trabajadores y trabajadoras del país no podemos permitir que la crisis se pague con la salud de los niños y niñas. Ni los falsos argumentos que confundan a la población, ni la asfixia presupuestaria, deben restringir el calendario de vacunación.